27/11/08

Guillermo Coria: "Me duele más River que mi carrera"


Guillermo Coria se reinventa a sí mismo. Con la final de Copa Davis que el equipo argentino perdió en Mar del Plata como excusa, se vistió de periodista durante una semana y comentó por TyC Sports las alternativas de la serie. Dice que planea rearmar su equipo, regresar al circuito y no se descarta para las próximas Davis. Además, compara la lesión de Nadal con lo que le sucedió a Juan Martín del Potro frente a Feliciano López, el viernes pasado en Mar del Plata.

–Cuando firmó el contrato para comentar la final, ¿pensó: “Me gustaría estar del otro lado”?

–Sí, claro. Ver jugar al equipo de local te tienta y le dan muchísimas ganas de poder estar. Pero para llegar ahí tenés que recorrer un largo camino. A mí, me tocó jugar en Argentina sólo una vez, pero recién tengo 26 años y espero poder hacerlo otra vez.

–¿Vuelve al circuito en 2009?

–Estoy armándome para volver a tener un equipo, para retomar los entrenamientos y ver bien cuál es el momento justo para regresar al circuito. Quiero estar convencido, con muchas ganas: tener en la cabeza sólo la idea de volver a jugar. Quiero volver a disfrutar y no tener ningún problema fuera del tenis. Necesito estar enfocado cien por ciento en el tenis, algo que no me pasó este año.

–¿El haber estado de alguna manera presente en la Copa Davis sirvió para que le vuelva la motivación por el tenis?

–Sí. Fue muy especial estar ahí y verlo desde la cabina. Lo disfruté al máximo. La final me dio muchísimas ganas de volver a jugar, como cuando fui a la cancha para la serie con Rusia. Hoy me toca estar de este lado y espero volver a estar del otro. Yo creo que Argentina va a jugar varias finales más de la Davis. Esta camada todavía tiene más para dar. Juan Martín es muy joven. Y atrás vienen Pico Mónaco, Chucho Acasuso, yo mismo. Somos muy jóvenes y Argentina tiene tenistas de sobra.

–¿Cambiaría la final de Roland Garros por ganar la Davis?

–Es diferente. En Roland Garros jugás para vos. En la Davis jugás para hacer historia. Hoy, vale más la Davis que cualquier torneo; que cualquier ranking que un jugador haya tenido. Una vez que se gane, vendrán muchísimas más.

–¿Se puede disfrutar a pesar de la presión?

–¡No! No se disfruta porque tenés un cagazo gigante. Estás tan nervioso que se hace difícil.

–A la luz de lo que le pasó a Del Potro ante España, ¿coincide en que el calendario de la ATP conspira contra la final de la Copa?

–Sí. Pasa que el circuito te mata. Es muy largo, una bestialidad. Rafael Nadal ganó todo, pero llegar bien a la final era una locura. Era imposible llegar sano. Lo que vivió Juan Martín en la previa de la final es comparable a lo de Nadal. Con el agravante de que el español está acostumbrado. Para Delpo es todo nuevo, con lo que el esfuerzo en los últimos cuatro o cinco meses es doble. Por eso le apareció el tema de las uñas, y tiene que ir habituando su cuerpo a ese tipo de dolores, nuevos para él. El circuito te liquida.

–Fue tres del mundo y ahora está 560. ¿Por qué se hace más mala sangre? ¿Por su tenis o por la pésima campaña de River?

–Quizá sabía que yo no estaba preparado al cien por ciento para jugar, así que no me afectó tanto. Disfruté de estar en mi casa, con mis amigos. Yo me fui a los siete años de Venado Tuerto y no paré ni un segundo, así que no me dolió tanto. En la adversidad crecí como persona. Maduré muchísimo. Pero lo de River te hunde como fanático, y al conocer a muchos jugadores duele, porque sé de las ganas que ellos tienen de salir adelante.

Elogio a España

Más que hablar de las falencias del equipo argentino, que no pudo estar a la altura de las apuestas y los favoritismos, Coria prefirió elogiar el espíritu de equipo de los españoles, que se llevaron a su país la ansiada ensaladera de plata. “Me saco el sombrero porque me han tapado la boca”, dijo el ex número tres del mundo. Además, aprovechó para alabar el espíritu de lucha de los visitantes: “Se daba por ganador al equipo argentino y ustedes estuvieron siempre muy humildes y no me queda más que felicitarlos”, señaló Coria luego de que el misionero José Acasuso perdiera frente al español Fernando Verdasco el domingo pasado.

La Davis en el Palacio de La Moncloa

Los campeones de la Copa Davis no paran de festejar. Ayer llevaron las réplicas del trofeo al Palacio de La Moncloa, de Madrid, donde fueron recibidos y agasajados por el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. En la foto aparece el mandatario junto a Feliciano López y el número uno del ranking mundial de tenis, Rafael Nadal, ausente por lesión en la final de Mar del Plata contra la Argentina. También están el capitán Emilio Sánchez Vicario y los jugadortes Fernando Verdasco, David Ferrer y Marcel Granollers. Rodríguez Zapatero recogió una sugerencia de Sánchez Vicario y prometió incluir un Ministerio de Deportes en la próxima reconfiguración de su Gabinete.

Julio Caceres: "Es muy difícil romper este plantel"


Pasa por el consultorio. Sale con una sonrisa, una buena señal. Pudo trabajar con el grupo, aunque aún no tocó la pelota. Para eso habrá tiempo hoy, en la práctica formal de fútbol. Se perdió el partido en Tucumán y ni se le ocurre ausentarse ante Racing. No sólo por el rival, sino por lo cerca que está Boca de quedarse con el título que, hace apenas semanas, estaba tan lejos. "Nosotros sí lo imaginamos desde que ganamos el superclásico, descontamos puntos, nos acercamos, tuvimos dos chances de estar primeros y no las aprovechamos... Pero teníamos fe en que este plantel, que ha pasado muchísimas cosas difíciles y superó todo, recuperara su lugar", asegura Julio César Cáceres.


-No perdieron la fe.

-Todos esperábamos volver a estar en la punta, creíamos en nosotros, el grupo hizo un sacrificio tremendo, sufrió lesionados, otras situaciones. Sería lindo conseguir el objetivo, porque este grupo se merece el título, uno lo ve en el día a día, en los partidos, se nos ha complicado con muchas cosas pero el plantel demostró tener fuerza para superar todo.

-¿Cómo fueron tomando cada mala noticia?

-Se sienten muchísimo. Nos duele ver la situación de los lesionados, las cosas que pasaron en el club. Siempre mantuvimos la humildad y la fe, sabiendo que todo lo que ha pasado, por algo pasó. Para terminar bien este año, la única forma de sonreír es ganando el torneo. Es nuestra mentalidad.

No sólo hubo imponderables que superar. Julio fue protagonista de uno de los culebrones del 08: sus críticas a Riquelme, en la semana previa al superclásico, se transformaron en cuestión de Estado. Se habló de rescisión de contrato y hasta de un complot del plantel si se iba el paraguayo. Y cuando parecía que Boca, que venía de una seguidilla de derrotas, se iba a terminar de caer, se levantó y anduvo.

-¿Cómo estás después de aquel mal momento?

-Yo sigo manteniendo buena relación con todos, trato de demostrarlo dentro y fuera de la cancha. Creo que la mayoría lo sabe y lo ve, aunque eso sería bueno que lo dijeran ellos. Yo trato de estar bien, por más que haya tenido esa diferencia con mi compañero. Con todos he tratado de comportarme de la mejor forma, he hablado, he tratado de que me entendieran. Cuando uno habla es difícil retroceder o cambiar. Ahora, en el día a día, de a poco uno va agarrando confianza para que los compañeros se sientan bien con uno. Y eso es lo que trato de lograr.

-¿Qué pensás ahora?

-Día a día uno aprende. Nunca me había pasado algo así. Siempre he tenido buenas críticas de mis compañeros. Incluso acá he conversado con ellos en situaciones complicadas y siempre he salido bien parado. Pero en esa oportunidad fui hablando en esa entrevista. Fui diciendo cosas que no deberían haberse dicho fuera del vestuario. Fue algo que no sólo molestó a mi compañero sino a mí mismo, me puso triste al pasar por esa situación. No era el momento ni tenía pensado hacerlo, pero pasó. Hoy ya hemos pasado la hoja, miramos otra página, estamos cerca del objetivo. El tiempo va a sanar todo. Esperemos que sea así.

-Ese parecía un golpe de ko para Boca...

-Desde que llegué vi cómo trabajaba el plantel, cómo lo hacen los experimentados. Es difícil romper este plantel, es muy unido en todas las circunstancias. Cada uno sabe lo que quiere y tiene claro que Boca siempre está por delante de todo. Uno debe ser profesional, superar todo, entrar el domingo, mojar la camiseta y ganar. Todos lo hicimos y así hemos superado todo lo malo.

Infla el pecho Cáceres en el mano a mano con Olé. A pesar de aquel traspié, él se siente parte de este Boca. "Desde el primer día me puse la camiseta y la he transpirado. En el fútbol hay que ser constante y estar en los momentos difíciles. He demostrado que puedo superar cualquier obstáculo. Hoy siento la camiseta de una forma diferente, y me sentiría muy orgulloso si puedo dar la vuelta. Para eso vine a Boca", dice el paraguayo, que volverá ante Racing, aunque aún no sabe con quién compartirá la zaga.

-¿Qué les falta para ser regulares?

-La defensa venía manteniendo el arco en cero, en cinco o seis partidos habíamos recibido un solo gol y justo se lesionó Gabriel (Paletta), con el que habíamos logrado un entendimiento. Nos había costado pero habíamos ganado una confianza tremenda. Ahora hay que cambiar la defensa... Con Vélez nos complicamos y nos hicieron tres. Demasiado. La consigna es mantener el cero, porque goles siempre metimos. En Tucumán lo hicimos bien, nos metieron uno, pero fue un verdadero golazo, era imposible hacer algo. Este domingo debemos mantener el cero...

-Parecés confiado...

-Tranquilo, sobre todo. Otra vez depende sólo de nosotros dar la vuelta. Ojalá ganemos los tres que nos quedan... Y listo.

Estudiantes 0 Internacional 1

Con apuro y enojo no se llega lejos. Estudiantes lo pudo comprobar ante la propuesta de Inter, que les cerró los caminos a los platenses y obligó a que el recurso ofensivo fuera por aire, en especial a partir de una pelota detenida. A los locales les faltó la lucidez que los ha distinguido en estos tiempos. La Brujita Verón marcó el camino para salir del embrollo, pero salvo por Boselli, eficaz como pivote, anduvo sin compañía masiva.

Con los brasileños aplicados a recuperar posiciones defensivas en general y con un hombre en particular ocupado de los movimientos de Verón (siempre en zona), el capitán de Estudiantes resolvía bien: rotaba, escapaba como blanco fijo y tocaba de primera. El inconveniente, para Estudiantes, radicaba en que nadie imitaba a Verón. No es sencillo tener su precisión, pero ni siquiera Benítez intentó sumarse a una circulación que podría haber desbaratado a Inter. Otro caso fue Salgueiro, veloz cuando no debía y con las decisiones a contramano.

Inter no especuló con el empate cuando perdió a Guiñazú, por una roja a mitad de la etapa inicial. Entonces, desde el banco partió la orden de pegar el doble cinco (Magrao-Edinho) al fondo, abrir a D'Alessandro y Alex (los de mejores pies en los visitantes) y confiar en la velocidad -con destreza- de Nilmar como único punta. El Príncipe se puso la corona, dejó en posición franca a Nilmar y el cruce de Désabato, con fuerza en exceso, derivó en el penal.

Aunque Estudiantes ensayó variantes en el arranque del segundo tiempo, como la voluntad para hacer que la pelota corriera, terminó por recurrir a los centros largos, rechazados por los centrales o atrapados por el seguro Lauro.

Inter se enamoró del 1-0 y puso poca gente en ataque. Pero con D'Alessandro atrás de los volantes y cerca de Alex, los gaúchos se las arreglaron para ubicar al peligroso Nilmar (¿tendrá otra oportunidad en Europa quien alguna vez probó y no anduvo en Lyon?).

Leo Astrada metió mano y no acertó, porque la permanencia de Alayes le habría servido en busca del enésimo centro y la salida de Díaz podría haber funcionado dada la nula participación del lateral izquierdo. La derrota dejó un aspecto favorable: sin gol de visitante con doble valor, la victoria afuera es posible porque difícilmente el Pincha repita un desempeño como el de anoche.

26/11/08

El afiche de Boca gastando a River


Los hinchas de Boca pusieron nuevamente a prueba su ingenio y por la web comenzó a circular un afiche con cargadas hacia River por partida doble, ya que gozan por estar en el primer puesto del Torneo Apertura, mientras que el eterno rival marcha último.

La inscripción dice: "El huevo nació primero, La Gallina...? último", mientras que en el medio hay un dibujo de un huevo y al lado aparece un pollito cabizbajo.

La leyenda juega un poco con la frase que refiere a quién nació primero, si el huevo o la gallina, y aprovecha para burlarse de la pésima campaña de su eterno rival.

El afiche pertenece a la agrupación SuperBoca, que lidera Orlando Salvestrini, y en las últimas horas circula en distintas páginas online.

Desde hace tiempo apareció la guerra de afiches tanto en las calles como en la web, ya sea cuando hay un ganador en el Superclásico o cuando alguno de los dos sale campeón, aunque en este caso el presente de ambos elencos -antes del final del campeonato- también fue motivo de cargadas.

Ariel Luna es el asesino de Gonzalo Acro

Está más flaco, demacrado, y se tiñó el pelo de morocho. Usa lentes de alta graduación, cuando antes andaba con los de contacto. Si uno lo compara con una foto de un año atrás, parece otra persona. La transformación no tiene que ver con un tema de moda sino con tratar de pasar inadvertido para una Policía que lo busca desde hace tiempo pero extrañamente no lo puede encontrar. Es Ariel Alberto Luna, alias Colo. Es el asesino de Gonzalo Acro. El que le disparó a la pierna para bajarlo y lo remató con un balazo en la sien. Dicen que nadie sabe su paradero. Eso dicen, pero parece difícil de creer cuando Luna se toma su tiempo para grabar un video casero y hacerlo llegar por manos anónimas a un diario. En ese video, Luna se hace cargo del crimen e intenta despegar al resto de los imputados. A los Schlenker, a Pluto, oveja, Kevin y Cuca. ¿Por qué? Simple: desde que Gastón matera, el amigo herido de Acro en ese hecho, lo apuntó como autor material del homicidio, sabe que la pena que caerá sobre su cabeza no baja de los 25 años de prisión. Y en caso de que suceda eso, prefiere pasarlos con un dineral suficiente para él y su gente. ¿Si logrará el objetivo? nadie lo sabe, pero es la única carta que al resto le queda por jugar. Y por lo visto, han decidido ponerla sobre la mesa.

Esta es, entonces, la confesión de un asesino. Que dice algunas cosas coherentes y otras fácilmente refutables. Y cuya elaboración tuvo una trama secreta. En esta nota, su palabra y las consecuencias.

"Soy Ariel Luna y decidí hacer esto porque estoy podrido de que hagan una historia de lo que pasó. Yo toda la vida fui y seré de la calle y tengo códigos. En esta causa que armaron Adrián y Aguilar, y compró todo el mundo, se ensució a gente que nada tenía que ver y se dijeron muchas cosas y por eso decido hablar. Nadie armó nada, nadie mandó a matar a nadie, nadie organizó nada. Empezaba el campeonato y tanto ellos como nosotros estábamos viendo qué hacía el otro grupo, cuántas piernas se juntaban, si iban a ir a la tribuna, qué sé yo, varias cosas, las que pasan día a día en una cancha. Nosotros nos enteramos de que se juntaban cerca de la casa de Adrián y que algunos entrenaban en un gimnasio de villa Urquiza. Esa noche fuimos a lo de Rousseau y después al gimnasio. Yo me quedé en la esquina y vi venir a dos. Uno era Gonzalo Acro. Discutimos y él se me vino encima, me tiró una trompada, forcejeamos. Ahí yo saqué el arma y traté de defenderme. La tenía apuntando hacia abajo, cuando forcejeamos la levanto y cuando la otra persona (por matera) me la quiere sacar, pasó lo que pasó. el otro salió corriendo y yo me subí a una Ford Courier gris, con vidrios negros, y me fui. Eso fue lo que pasó. Nadie me mandó ni me pagó para matar a nadie, ni sabían que yo andaba armado. Pero cuando ellos fueron a lastimarnos a la cancha de River (se refiere a la batalla del playón del 6/5/07) estaba mi hijo en el medio de todo ese problema. Desde ese día yo decidí andar armado, también por problemas que traía de la cárcel y otras cosas. Y bueno, pasó lo que pasó, pero Alan, William y Pluto, que están detenidos, no tienen nada que ver, ni sabían que estábamos ahí. Y el oveja, Cuca y Kevin (acusados de estar en el lugar del crimen junto a Luna) son personas que no están acostumbradas a estas cosas y no estaban de acuerdo con que yo llevara armas ni nada. Por eso pasó lo que pasó y no lo pudieron impedir. Fue un accidente y nada más".

El monólogo de cuatro minutos está hecho en una sola toma y, por los saltos temporales que presenta, editado. Y tiene una función clara: tratar de convencer a la Justicia de que sólo iban a pegarle un susto a Acro y que él lo mató casi sin darse cuenta. La estrategia tiene un basamento en el Código Penal que dice que en un crimen no planificado, cada uno responde sólo por lo que fue a hacer. Bajo ese paraguas, Oveja Pintos, Kevin Kraft, Cuca Girón y Sergio Piñeyro sólo serían responsables por lesiones, porque supuestamente sólo le iban a pegar a Gonzalo.

¿Esto es cierto?

Hay un dato que lo abona y consta en la causa: uno de los prófugos llamó a su abogado diez minutos después del crimen. Y se supone que nadie hace eso a menos que vaya a participar de una golpiza y la cosa termine mal, en homicidio. Pero el Código también dice otra cosa: uno debe imaginarse lo que puede ocurrir. Y si va acompañado por tipos con un prontuario extenso y de armas tomar, como Luna, que una apretada termine en asesinato es factible. Tomando este punto, todos vuelven a responder por el homicidio y nadie zafa.

La situación de los Schlenker y Lococo podría, en cambio, verse beneficiada. A ellos los incrimina el hecho de haberse juntado en una pizzería con Cuca, Kevin y Piñeyro horas antes del crimen, los cruces de llamadas que tuvieron con quienes estuvieron en la esquina fatal (aunque no hay contenido de las mismas), más el testimonio de Rubén Rodríguez, alias Rubencito, diciendo que los tres lo llevaron a tomar un helado para usarlo como coartada. Estos son indicios fuertes de que pudieron haber instigado el crimen, suficientes para mandarlos a juicio, pero a la hora de la verdad se necesitan pruebas concretas. Con Luna diciendo que los Schlenker no tenían nada que ver, si el resto de los imputados repite lo mismo, sus chances de obtener una pena menor, o hasta zafar, se acrecientan. Claro que para esto, Luna deberá presentarse ante la Justicia a ratificar lo que dice su video, algo que por ahora no parece que vaya a suceder. Y si la Policía sigue extrañamente sin agarrarlo.

Además, en el banquillo no podrá esgrimir la teoría del accidente: por pericia
forense está probado que a Acro lo bajaron de un tiro en la pierna y lo remataron en el piso. Y tampoco hay evidencias de forcejeo ni Matera habló nunca de ello. Cierto es que este video alínea a todos los imputados bajo una misma estrategia y anula la posibilidad de que se acusen entre ellos, algo que Cuca ya había hecho contra Alan en una entrevista con Olé, que luego ratificó ante la Justicia. Es, en definitiva, la única carta que les queda. Si es as de espadas o cuatro de copas, se sabrá en nueve meses, cuando el Tribunal Oral 15 haga parir el debate y trate, de una vez por todas, de imponer justicia.

25/11/08

Hablo David Nalbandian despues de la derrota en la Davis


La superficie sintética del Polideportivo marplatense es hoy un rectángulo azul sucio entre el polvillo, aserrín, cartelera inutilizable, asientos de plástico y bolsas de consorcio. Los operarios desmontan parte de las tribunas y un par de chicos aprovecha para sacarse las últimas fotos antes de que la cancha vuelva a ser de básquet. En el hotel Costa Galana de Playa Grande, David Nalbandian convoca a los periodistas como Mirtha Legrand supo invitar allí mismo a Nito Artaza, y comienza con unas disculpas públicas por no haber asistido a la rueda de prensa, el medio para transmitir sus sensaciones post partido, tras la final de la Davis perdida con España. "Tienen que entender la calentura que se siente", pidió en su sorpresivo unipersonal.

El unquillense también anunció que seguirá en el equipo, que no planea perderse la serie de marzo con Holanda ("si el nuevo capitán lo dispone") y puso un énfasis especial en los inexistentes trompazos con Calleri. "Me molesta que se inventen esas cosas y les aseguro que al equipo le hace muy mal. Agustín es un amigo. Cuando salí del partido, hice el control antidoping, me bañé, me fui angustiado... Llegué y prendí la tele, para ver que hablaban de que el vestuario argentino estaba a las trompadas, que había quilombo. Es una pena, se los digo de corazón".

No fueron sólo devoluciones, sino que se ocupó de sus errores, al menos en lo tenístico. Pidió que "cada uno hiciera un mea culpa" pero admitió: "Erré una volea crucial y ese tie-break del doble nos marcó. Fue sumamente importante. Se perdió por dos bolas". Con voz triste, dijo que fue "la peor derrota" que sufrió en la Davis.

De las diferencias con Juan Martín del Potro, evitó explayarse. Se pudo leer entre líneas. "¿Si estuvo bien ir al Masters? Hay que preguntarle a él. No te puedo contestar, no tengo 20 años, ya me pasó ese tren. Terminó el fin de semana nefasto que tuvimos, cada uno sabrá qué
mejorar. El equipo estuvo 15 días antes preparando la cancha. Incluso pensamos que a él no le iba a gustar tan rápida. Suponer en el aire era complicado, no sabíamos si le iba a conformar. Se fueron dando mal las cosas".

Tiempo de pensar en el 2009. Martín Jaite confirmó anoche que no seguirá como coach. David se pone como objetivos los mismos que para el año que termina: ganar un Grand Slam y la Copa Davis. "Primero hay que ver quién va asumir como capitán, yo no voy a ser el que lo elija. Si el próximo cree que tengo que estar, con gusto defenderé los colores". Sobre el problema del dobles, admitió que "para mí es mejor jugar el viernes, descansar el sábado y estar el domingo. Me encantaría que hubiera una pareja formada, pero Argentina no la tiene y eso lo pueden ver todos". Y reveló que él le propuso a Luli Mancini jugar con Lucas Arnold contra España. "Se lo sugerí y no le pareció. No creo que tenga tanta influencia sobre Luli como se dice", se defendió. En su balance sobre la gestión Mancini, dijo que "ha sido un buen capitán. En cuatro años hizo dos finales y una semifinal, lo cual es histórico para una sola persona".

David negó las trompadas, no profundizó sobre Delpo pero sí se refirió a la AAT. "Los jugadores siempre estuvimos un poco incómodos, históricamente, no sólo yo. Espero que ahora con el poder económico que adquiere, que eso vaya a las raíces del tenis y salgan más jugadores, que esos seis millones (entregados por la Provincia) hagan que el tenis crezca". Y se retiró para comenzar sus vacaciones, con la bronca por que la Davis vaya a España. "En mi interior", explicó, "las chances eran las mismas con o sin Rafa. Al no venir, todos pensaban que aumentaban, pero bueno, perdimos una Davis contra López y Verdasco. Eso pasó".

24/11/08

España gano la Copa Davis


Tiene razón, Mancini: la derrota no es sólo del tenis. No se trata de hacer sociología barata ante el dolor por perder en una competencia deportiva, trascendente -sí-, pero sólo eso. "A los argentinos nos cuesta mucho tirar todos para el mismo lado", dijo Luli en su última conferencia de prensa como capitán de la Copa Davis. Esa mirada autocrítica de la historia revela cuestiones internas del grupo y a la vez incluye en la volteada -con razón- a todos (periodistas, políticos, dirigentes, público en general). El equipo que tuvo su Maracanazo -en contra, claro- en Mar del Plata sufrió en carne viva el gen argentino: el "veletismo", la falta de solidaridad o la falsa solidaridad, la poca capacidad para afrontar situaciones adversas, la victimización, la tendencia a no hacerse cargo, las miserias que nos son conocidas. Y como dijo Mancini, no es sólo un problema del tenis. Desde que se supo que éramos finalistas, las aves de rapiña sobrevolaron la ensaladera para quedarse con la parte del león.

Perdimos. En definitiva era una de las dos posibilidades y para que la experiencia sirva hay que aprender a ser buenos perdedores.

Más allá de su enojo y de la evidente necesidad de repartir responsabilidades, Mancini -hábil orador- volvió a dar en la tecla cuando dijo que se tomaría un tiempo para reflexionar. Abajo del caballo, no obstante, marcó un camino: "Tenemos que aprender muchas cosas todavía para ganar la Davis. Pero no hubo fracaso".

Pero seamos francos: las principales razones de la derrota son tenísticas. El equipo -favorito, con condiciones ideales por presentes y ausentes, localía y superficie- llegó con un plan imbatible: dos singlistas fuertes, la posibilidad de poner un doble con buenas victorias en la última parte del año. Pero un imponderable o no, la derrota de Del Potro y su posterior lesión, lo dejó a merced de España, todo un espejo donde mirarse. Calleri ni Acasuso no otorgaban las mismas garantías. Tampoco había fuera del equipo jugadores que pudieran suplir con solvencia a Delpo. Mónaco y Cañas eran variantes similares a las convocadas por el capitán.

La Davis es un torneo de gran valor sentimental para los jugadores, pero les queda a trasmano del calendario y de sus necesidades personales. Jugarla implica -en términos relativos- resignaciones. "Uno como capitán puede sugerir que no vayan a algún torneo, pero la decisión es del jugador", dijo Mancini. Se refería obviamente a Del Potro, quien terminó pagando la presión de la serie final y el desgaste enorme que le significó ir a Shanghai.

La pregunta que se impone es qué será del equipo de Copa Davis después de esta derrota que será histórica. Mancini confirmó que no seguirá. Su ciclo incluye una semifinal (Eslovaquia) y dos finales (Rusia y ésta con España). Volvemos a acordar con él que sería necio hablar de fracaso. Pero es evidente que un cambio de mando puede servir para componer cuestiones de convivencia que no funcionaban. Suena fuerte el nombre de Martín Jaite, de los más queridos en el mundo del tenis. A eso le agrega un plus: conoce bien a Nalbandian, a quien entrenó el último año. Esa relación quizá sirva para ponerle límites al único jugador indispensable que tenemos, si se pretende ganar, con esta camada, la Davis.

21/11/08

Diego Maradona: "Sacando a Mascherano, nadie tiene el puesto asegurado"

El día después lo encontró en la localidad de Boadilla de Monte, en las afueras de Madrid. Aún con la campera de su Selección, la misma que había utilizado en el gran debut, entró lo más rápido que pudo a la clínica Montepríncipe. Recién se le fue el nudo de la garganta cuando vio la sonrisa de Gianinna y escuchó la buena nueva que le dieron Claudia y Dalma: "Está todo bien, Gianinna vuelve a casa, va a tener su bebé con tranquilidad. El bebé ya pesa un kilo", declaró, emocionado, Diego Maradona.

Ayer su hija recibió el alta y la pesadilla llegó a su fin. La angustia por los problemas en el embarazo de su nena menor y la alegría por vivir su primer partido como entrenador de la Selección se ensañaron con ese hombre de 48 años, que estaba viviendo el día más importante de su vida deportiva desde que se bajó de los botines. La mezcla de esas sensaciones lo acorralaron en el banco visitante del Hampden Park. "Tenía un dolor muy grande en el corazón", graficó. La liberación, total, se dio recién en España. "El gran triunfo mío de la semana fue que Gianinna esté bien", agregó el Diez en diálogo con radio La Red.

En Madrid también estaba el Kun Agüero. El martes, el yerno de Diego dejó la concentración argentina en Glasgow e inmediatamente viajó a España para acompañar a su mujer, quien está embarazada de cinco meses. "Cuando nos enteramos del problema, se iba el Kun o me iba yo", describió el DT.

Más relajado y feliz, sí se permitió ampliar los conceptos del debut de su equipo. Y coincidió con Carlos Bilardo: "Espero que podamos mantener el ritmo que tuvimos en los primeros 25 minutos". No se guardó elogios para sus muchachos: "Siento un orgullo enorme por ellos, son jugadores y hombres excepcionales. Quieren una Selección diferente, que los respete como jugadores. No hubo ninguno que no haya dejado todo en la cancha", infló el pecho.

Y ya metido de lleno en la charla futbolera, volvió a elogiar a los dos ausentes más ilustres, Riquelme y Messi, pero repitió su posición más contundente: "Sacando a Mascherano, nadie tiene el puesto asegurado".

Carlos Bilardo: "Si jugamos como los primeros 25 minutos somos campeones del mundo"


Son las cinco de la mañana en Glasgow, la ciudad de los bares. Hace frío, como casi siempre, aunque por un rato no llovizna. Detrás del vidrio no se ve a nadie pese a estar a una cuadra de la Estación Central. Y justo aparece Carlos Bilardo. Remera blanca, jogging azul y mocasines.

-¿No duerme, Carlos?

-No, no. Dormir es perder tiempo.

"Un día volvía con Platini de una charla, viste. Entonces le digo '¿en cuánto llegás a tu casa?'. Me respondió que en cuarenta minutos estaba en Versailles, donde vive. '¿Y vos?', me devolvió él. 'Y... dos horas para llegar a Madrid y después trece horitas más'. Sólo de taxi hasta mi casa tenía cuarenta minutos, ja. Estamos lejos".

-¿Así que tomó muchos apuntes del partido?

-Uh, sí, sí. Podría escribir un libro. Es difícil estar afuera. Bah, siempre es difícil. El equipo me gustó. Como dije el otro día, antes de hacer el programa de radio, el técnico es Maradona. Porque en la radio no hablo de Selección, está mal, es como que estoy hablando de mí.

-¿Lo que más le gustó?

-Los primeros 25 minutos. Si jugamos los 90 como los primeros 25 minutos, somos campeones del mundo. En serio. Te lo firmo ya. Lo pensé cuando salí de la cancha, aunque esperé, esperé, y después no sabía dónde estaba el micro. Al final me vine en un auto con los dirigentes.

Ilusionado está. Lo dice, para que quede escrito. Como a él le gusta. ¿Cuántas veces ratificó algunos de sus dichos diciendo en qué nota lo declaró, qué medio y qué año? Sabe que la palabra escrita es indeleble. Gazzetta dello Sport, La Nación o Súper Olé Deportivo (el programa de radio donde anunció que volvía a dirigir a Estudiantes la última vez), siempre los recuerda. Y también lo que dicen los contras, como los catalogaba el Coco Basile. Así, en su sitio oficial, www.carlosbilardo.com.ar, guarda una de las críticas más violentas que le hicieron en un diario, justo el día que empezaba el Mundial 1986.

Resalta el juego de Gago, la figura para Diego. La marca de los centrales (Heinze y Demichelis) en el segundo tiempo. Y le gustó mucho Tevez. También la actitud del equipo, algo que había pedido el nuevo DT. "Estuvo lindo, viste. Un poquito más y se liquidaba de contra. Lástima que se pueden hacer seis cambios, eso te complica el partido. Decí que esta vez no hubo problema porque se entró puesto por puesto. ¿Si no sabés qué despiole?".

Cuentan los pocos testigos que después del 1 a 0, Bilardo se acercó a Grondona, igual que Diego, para agradecerles por haberle dado la oportunidad de estar al frente. "Lo que genera Diego es impresionante, viste. La gente se enloquece. Cuando fuimos a Inglaterra, Cristiano Ronaldo, que vale 140 millones de dólares le pedía un foto. Y solo. 'Single, single', le pedía. Hasta Ferguson pegó un pique para estar con él", recuerda. Y su cabeza camina hacia Sudáfrica 2010. "Yo pienso en el Mundial. Todo bien con los amistosos, pero a mí dame el Mundial. Hay que trabajar, e insisto que uno se va a tener que instalar en España para hablar con los jugadores". Unidireccional, en la entrevista con Olé del martes había declarado que "si Messi sale campeón del mundo, será el mejor. Hay que jugar la final". Si se juega como en el arranque contra Escocia, según el secretario técnico, se puede.

Guillermo Barros Schelotto es el mejor jugador de EEUU


El Hyatt Century Plaza de Los Angeles se encuentra en la Avenida de las Estrellas. Y la máxima estrella de la temporada de la MLS fue consagrada ayer en este impresionante hotel con la nominación al jugador más valioso del 2008, el famoso MVP. El mejor de todos es Guillermo Barros Schelotto. Y aunque a él le importe más ganar la final que el domingo su Columbus jugará ante el New York de Juan Pablo Angel, ya nadie le puede quitar este premio. "Es una satisfacción, pero lo tomo como un premio para el equipo, porque ningún jugador logra un nivel superlativo sin la ayuda del resto", contó el Mellizo, en un raid que empezó con la salida prematura de la práctica del Crew, pasó por un estudio de televisión para hacerse el anuncio en vivo para todo Estados Unidos y luego, sí, la premiación en el hotel. Ahí, además de su mujer, Matilde, y sus tres hijos (Máximo, Nicolás y Santiago), ya estaban sus padres y su hermano Gustavo, que viajaron especialmente para la ocasión.

Jugadores, entrenadores, dirigentes y periodistas votaron al Melli más que a ningún otro. Sus impresionantes números en la temporada regular (7 goles y 19 asistencias en 27 partidos) lo habían puesto en el terceto de candidatos junto a Landon Donovan, el yanquee más marketinero, compañero de Beckham en Los Angeles, y el mexicano Cuauhtémoc Blanco, de Chicago. Pero el empujón final para llevarse la distinción que, entre otros, ganaron Valderrama, el Diablo Etcheverry y el Gomito Gómez fue su actuación en los playoffs. En el camino a la final, Guille fue clave para eliminar al Kansas City del Piojo López y al Chicago Fire de Blanco.

Lo bueno en el caso del Melli es que su nominación "oficial" ha sido acompañada por la opinión del hincha. En la encuesta del sitio de la MLS, también fue elegido el MVP de la gente, con el 28% de los votos.

"Este es un premio que todos quieren ganar -explica Guille-, si durante el año tenés un buen partido, los compañeros te dicen 'jugaste para MVP'. Acá casi no importa ser goleador, sino ser el mejor jugador. Es como en el básquet".

Mientras muchos pensaban que Guillermo viajaba a Estados Unidos a gozar de un retiro dorado, él ha hecho de esta aventura en la MLS un capítulo más de éxito en su carrera. Por un lado, salarialmente no es "jugador franquicia" y de hecho gana menos que en Boca. Y lo que él logró fue potenciar a un equipo que no es de los más grandes de la liga y al que metió por primera vez en la final. Arribado en abril del año pasado, sin pretemporada con sus compañeros ni adaptación a la MLS, se las arregló para convertirse en el mejor de Columbus y ser elegido en el XI ideal del 2007. Y ya para esta temporada, aclimatado y transformado en el líder futbolístico y espiritual del equipo, los resultados están a la vista, con la mejor campaña en la historia de la franquicia. El domingo, en el Home Depot Center, va por el 19° título de su carrera. ¿Hace falta explicar por qué es una estrella?

Carlos Ischia motiva a sus jugadores


No pierdan la fe, no pierdan la esperanza. Ustedes ya dieron muchas vueltas olímpicas en todos lados. Si ganamos los cuatro partidos, somos campeones. Hasta si ganamos tres de los cuatro...
Es clave ganar el domingo, ganando ustedes son imparables".

Esta vez las optimistas palabras de Carlos Ischia no se meten en ningún micrófono ni endulzan los oídos de ningún hincha. Esta vez, en una mañana que todavía era gris y apenas tenía algunos curiosos en las tribunas de Casa Amarilla, van directamente al corazón de sus jugadores. Bien adentro. A convencerlos de que, a pesar de lesiones y derrotas, de infortunios y errores, Boca puede ser campeón de este Apertura de las mil sorpresas. El DT habla, mueve los brazos, y durante siete minutos sus muchachos escuchan en ronda. Después, a la hora de la pelota, con dos goles y una muy buena práctica, esos mismos muchachos le respondieron al técnico que sí, se puede.

Porque después de las palabras, de la arenga motivadora sin pasarse al otro lado, hubo fútbol con la cabeza puesta en el viaje a Tucumán. Y ahí el Pelado, que cree que ni San Lorenzo ni Tigre ganarán más de dos partidos, volvió a las fuentes. Sin Cáceres, entre los tantos ausentes a esta altura, Ischia decidió rearmar el 4-3-1-2 con el regreso de Morel Rodríguez y el ingreso de Alvaro por Vargas en el medio. Hasta ahí, la lógica. Pero arriba también metió y, por primera vez en el semestre, al margen de situaciones circunstanciales, plantando un doble 9: Viatri-Figueroa, quedando de esta manera Mouche, de buenas actuaciones en los últimos partidos, afuera. Y, tras 50 minutos de fútbol, dos goles y encuentros exitosos, la conclusión fue positiva.

En la breve charla antes de empezar el partido entre titulares y suplentes, en el círculo central, Ischia repartió algunas breves indicaciones que luego se vieron en la cancha. Por caso, que Alvaro estuviera atento a cubrir las constantes subidas de Ibarra, pero que también se mandara al ataque con decisión cuando veía la posibilidad. O que los centrales, tal como ocurrió, no se movieran de la cueva y se apoyaran en el respaldo de un escudo protector como Battaglia. Y, con Mouche sorpresivamente para los suplentes, el DT le entregó la franja izquierda a otro zurdo como Dátolo, quien sin la obligación de retroceder tanto, como cuando jugaba en línea de 3, fue mucho más ofensivo y por momentos hasta casi un tercer delantero por esa banda. De hecho, marcó el segundo, en el área chica.

El doble 9, por tratarse de un primer ensayo, no le pudo funcionar mejor a Ischia. O sí: sólo faltó el gol de Viatri. Porque Figueroa tomó un rebote tras un tiro desde afuera de Ibarra y facturó el primero tras una gran gambeta. Luego, tras una combinación a un toque con Viatri, otra vez rompió la defensa y cruzó un pase gol a Dátolo. Y tras otro toque sutil, aguantando a los centrales con la espalda, habilitó a Viatri. Pero Lucas falló en el mano a mano y, claro, ligó un reto del DT. La idea inicial siempre fue mantener a Viatri en el área, de referencia, y que Lucho (todavía no la metió cuando le tocó entrar) flotara a sus costados, preferentemente sobre la derecha, para dejarle el callejón izquierdo a Jesús. Pie para construir juego, para buscarse, no le falta a ninguno de los dos 9. Por eso hubo varios encuentros muy productivos.

El susto de la mañana fue Riquelme, que a los tres minutos dejó la práctica, y su lugar lo ocupó Gracián. Pero a todos les volvió la paz cuando desde el consultorio llegó un parte tranquilizador. Con el 10, claro, Boca puede aún mucho más.

Estudiantes en la final de la Sudamericana


Ahí están, abrazándose en la mitad de la cancha, la historia de Juan Sebastián Verón y José Luis Calderón, una historia que es del presente. Ellos se abrazan, saltan, gritan, festejan adentro. Y afuera el técnico tira humo, larga el último pucho desesperado mientras los otros, miles de fieles, celebran lo que desde hace 37 años no se conseguía: una final internacional que será, esta vez, contra Internacional de Brasil.

Sí, llegó. Por fin. Le costó muchísimo al equipo de Astrada pasar al duro Argentinos. Que lo complicó, lo llenó de centros, por momentos -sobre todo en el primer tiempo- le quitó la pelota, lo asfixió con presión, obligó a Estudiantes a replegarse en su campo. No le dejó espacios, siquiera, para que Verón hiciera de las suyas, pases pensados y medidos con regla y escuadra. Nada (o poco) de eso. Argentinos aprovechó las bandas, jugó con paciencia aunque sin profundidad, apelando exclusivamente al pelotazo para la cabeza de Pavlovich o de Hauche. No tuvo esa precisión ni la experiencia de los nombres que sí mostró Estudiantes cuando se encontraba contra las cuerdas. Ni la calma para mantenerse en la adversidad.

Con Argentinos volcado otra vez en el ataque, en el segundo tiempo Verón apareció con un lujo que elevó los ánimos y devolvió el alma de los suyos: un taco sensacional para Boselli que terminó en nada pero significó todo. Bastó para encender la mecha, para motivar. Sobró para que en los siguientes minutos Argentinos dejara de ir hacia adelante y Estudiantes recuperara terreno y lo peloteara durante un minuto a la salida de un córner: primero Verón, después Braña, hasta que Torrico mandó al córner lo que era el gol de Boselli. No fue ahí, sí en la siguiente: centro de Benítez, cabezazo de Caldera. Eterno, había entrado un minuto antes para eso, para definir. Fue lo que volcó la balanza. Y alcanzó.

El resto fue más sufrimiento. Una roja para Franco Quiroga que dejó a Argentinos con diez y cargado de nervios. Otra roja, para Braña, que sobre la hora le dejó al Bicho la última bola, el último centro, otro más, el único que Andújar, que había tapado y descolgado todo, no pudo abrazar: fue foul. Y fue el final.

Estudiantes llegó a la final después de mucho, y lo hizo como siempre: de laboratorio, con centro y cabezazo, con nervios y ansiedad. Con el alma del viejo León.

Comizzo quiere ser DT de River


Los días pasan y el nuevo técnico no aparece. La lista de candidatos ya parece ser tan larga como las que se votan cuando hay que elegir diputados. Y, encima, la reunión que estaba prevista para ayer entre los dirigentes para "definir el perfil del entrenador que buscamos" se suspendió. Así, entonces, la resolución se estanca, se demora. Sin embargo, entre tanta quietud hubo un contacto. Informal, sí, apenas una reunión, sí, pero existió. ¿Entre quiénes? Entre Angel David Comizzo y un dirigente -oficialista- de segunda línea. Esto no quiere decir que el Flaco vaya a heredar la silla eléctrica que abandonó Simeone, pero al menos se trata del posicionamiento de un nombre que no estaba entre los que se manejaban desde el momento que el Cholo renunció.

Cuatro veces campeón con River (89/90, Apertura 91 y Clausuras 02 y 03), el ex arquero tuvo su inicio como entrenador este año en Talleres, con un corto paso de tres meses. Allí trabajó junto a Celso Ayala, otro ex River con muchas vueltas olímpicas en Núñez: cinco locales y dos internacionales. Por supuesto, se puede decir que encajan en el famoso "ser de la casa". Uno fue el dueño del arco en sus dos etapas en el club y el otro, una pieza fundamental del tricampeón de Ramón Díaz. Pero hay otros nombres identificados con la banda roja: en el encuentro, Comizzo comentó que Oscar Acosta (con un corto paso en 1992) también formaría parte de su cuerpo técnico y hasta mencionó la posibilidad de contar con Germán Burgos como entrenador de arqueros.

Angel David es uno de los tantos ex que sueñan con ser los dueños del banco de suplentes. "Yo sé que tarde o temprano, con Celso vamos a estar en River. No sé cuándo, pero sí sé que a corto plazo voy a ser el técnico de River. Conocemos el paño. Para estar en ese lugar hace falta espalda e historia y nosotros la tenemos", se promocionó en mayo pasado, en una entrevista con Olé a poco de asumir el cargo en Talleres.

Claro que esta reunión todavía no es suficiente como para que el Flaco entre en el pelotón de los principales candidatos, carrera en la que Américo Gallego sigue a la cabeza. Ayer, al apoyo de Francescoli para el Tolo, también se sumó el de Gallardo. "Me gustaría que sea el Tolo porque conoce el club y ya vivió todo tipo de situaciones, buenas y malas. Encaja perfectamente en River", lo respaldó el Muñeco en La Red.

¿Y el resto? Los nombres de siempre, los que surgen a partir de los gustos de cada dirigente. Además de los que quieren a Gallego, están los que apoyan a Pumpido y los que se entusiasman con Cagna y Gorosito. Más atrás, aparecen Sergio Batista, Juan José López y Pekerman, mientras los que se ilusionaban con Francescoli o Bianchi ya buscan otra variante. Candidatos sobran, uno será. ¿Quién?

20/11/08

La version DT de Diego

El puño maradoniano, ese derechazo que rompe el viento en forma de descarga, tenía más que un mensaje. Había ganado su primer partido como entrenador, les había cambiado el ánimo a sus jugadores y, fundamentalmente, le podía dedicar a su hija su propia refundación. El primer abrazo, con los dientes que se raspan con furia y alegría, fue con Heinze. Hubo otro con Tevez, igual al abrazo de dos amigos. Y el final con Gago, su figura en Glasgow, al que casi saca a bailar cuando se entregó a sus brazos. Verlo de cerca contagiaba energía, la percepción de ser testigo de un momento histórico. Pero en ese instante, como él mismo confesó, pensó en una mujer. "En Gianinna y en su bebé. Y en nada más", conmovió.

A un metro de él se vio a dos Maradonas. En el arranque lo vivió como espectador sin lengua. En el lado B del partido, en cambio, se dejó ver el Diego más genuino. "Pupiiii, ¡toquemos la pelota!", escupió, disfónico. Fue lo que más pidió: pases, juego simple y al pie. Su primera indicación, toda una declaración táctica, fue un "toquen, no se cansen de tocar". Aunque la prueba de su arranque apagado fue que la voz más escuchada fue la del Cabezón Lemme. Jonás Gutiérrez y Emiliano Papa sintieron el castigo de jugar por la banda más cercana.

Diego entró en el segundo tiempo. Aunque Bilardo no estaba en el banco, se enojó en una jugada en la que Tevez no se quedó en el piso después de un foul. "Quedate, Carlitos, la puta madre", tiró. Bajó un par de veces del corralito, aunque los cambios los decidió desde arriba. Habló con Mancuso y mandó a llamar a Lucho. "Quiero que colabores con la marca y que llegues al gol", le susurró al oído al capitán del Porto, el primer desobediente. "Y que Maxi vaya por izquierda", avisó. Aunque su momento más jugadorista, más de ese "técnico que da la cara", como se jactó, fue en el cambio por Papa. El leyó que le hacían el 2-1, que la gente lo abucheaba ¡cada vez que tocaba la pelota! Cuando se ordenó la modificación, la gente pedía "three, three". Maradona lo recibió y lo abrazó delante de todos.

Su cara fue más maradoniana que nunca cuando el árbitro no dio ley de ventaja luegos de un pase de Gago que dejaba a Lavezzi face to face con el arquero. "No te puedo creer", compartió la sonrisa. A un costado iba y venía Butcher, el inglés burlado en México 86, al que esta vez directamente ninguneó. Cuando Diego se fue, ni lo miró Y cuando se lo nombraron, se preguntó: "¿Butcher? ¿Quién es? Yo le di la mano al técnico de Escocia...". Su mano no se mancha.


"Quiero estar con ella"

Cuando me enteré lo de Gianinna pensé en volverme para estar con ella. Tengo una pelota en el corazón...". La previa encontraba a Maradona pendiente de la salud de su hija y de su futuro nieto. La menor de sus nenas está internada en una clínica de Madrid por complicaciones con el embarazo (espera para febrero un hijo del Kun Agüero, que por ese motivo el martes se fue de Glasgow). Diego se quedó en Escocia, aunque planificó trasladarse en chárter tras el partido. Finalmente la FIFA puso a disposición del Diez un avión privado: pasadas las 12, se fue a Barajas. "Los jugadores me ayudaron mucho a pasar este momento. Lo que pasé no se lo deseo a nadie, a nadie. Mi hija pidió que me quedara, me quedé y ganamos. Ahora quiero estar con ella".

Escocia 0 Argentina 1


"Si por mí fuera, jugaría este partido hasta de arquero. ¿Saben cómo los envidio, manga de hijos de puta?".

Diego los miró a la cara a todos. Les contó cuánto le hubiera gustado entrar al Hampden Park en botines y soltó el insulto que no insulta. Buscó, otra vez, agitarles el orgullo. Faltaban dos horas y medias para el partido contra Escocia. Era de noche y lloviznaba, pero más de uno ya quería entrar a jugar. Fue en la sala del primer piso del hotel. Y habló de jugador a jugador, la forma más directa de llegar a lo más profundo. Tal vez lo que ya no podía hacer el Coco Basile.

Eso quería Maradona en el debut. Era consciente de que a él le faltaba trabajo, de que en dos días no se impone una idea, ni siquiera un cambio importante de nombres (el único nuevo fue Papa). Por eso apostó al cambio de actitud, a dejar de caminar la cancha, lo que tanto lo fastidió contra Chile. "El click que quería lograr, lo logré. Todos queremos salir de esta mini crisis. El último partido había significado un quiebre, no había que echarle culpa a nadie sino buscar soluciones. No podíamos quedarnos de brazos cruzados sólo con el cambio de técnico, y lo hicimos de la mejor manera. Les saqué el miedo a perder que se instala cuando venís de una racha negativa. No me importaba ganar sino que los jugadores dieran todo en la cancha, todo por la camiseta". Eso lo consiguió. Espíritu maradoniano no faltó.

Después de avisar que se iba rápido a Madrid, pidió acelerar la conferencia. Se lo veía más relajado, se había sacado un peso de encima. Así es más fácil encontrar virtudes y defectos. "Argentina jugó 25 minutos brillantes en el primer tiempo, Escocia no tuvo volumen de juego. Después, la Selección le regaló la pelota, no supo definir el partido. Y ellos no lo supieron aprovechar", leyó bien el debut. Sabe que se arrancó bien, con posesión y traslado en velocidad, aunque después decayó la intensidad y ya no se hizo daño. La contundencia de su respuesta se debió a que un periodista le habló de una victoria que "no fue limpia". "Vos sos escocés", chicaneó Diego sin perder su rol. El sabe que vestido con camiseta o ropa de jogging (al final no entró de traje), siempre será el foco de todas las miradas. De hecho, en el momento del himno, la pantalla del estadio no filmó a ningún jugador. Sólo a él. Y como hubo respeto casi total, no fue necesari ningún insulto eterno como el que se llevaron los italianos en el Mundial 90.

"Mis jugadores son hombres. Dieron todo por la camiseta y eso me hace sentir orgulloso como técnico", contó mientras el pecho se le iba inflando lentamente. Elogió a Fernando Gago, la figura del partido. "Hubo jugadores que fueron increíbles conmigo en esta concentración. Un tipazo como Zanetti, Tevez, Mascherano, pido disculpas si me olvido de alguno. Les puedo asegurar a los argentinos que ellos van a dejar la vida por esta camiseta. Se unieron mucho en este momento y quiero agradecerles a todos". El también se había sentido respaldado por el dolor que le provocó la internación de Gianinna.

Durante el día se lo había visto con los músculos de la cara contraídos. Era consciente de que debía estar aquí, aunque quería estar allá, en Madrid. También del desafío de demostrar que puede ser el entrenador de la Selección. Hasta último momento pidió opiniones a sus íntimos. Tenía el equipo, y tal vez la frase que serviría como bomba anímica. De ese modo él también empezaba a jugar.

El Enzo y el Beto quieren que el DT de River sea del club


Ya ninguno de los dos usa botines. Norberto Alonso luce una chomba rayada, pantalón clarito e impecables zapatos. Enzo Francescoli desafía a los rayos del sol con un conjunto negro. Pero debajo de esa casual vestimenta de golfistas ambos todavía llevan la camiseta de River. El Beto y el Príncipe se juntaron para un torneo de golf a beneficio de la fundación que encabeza Alonso, aunque antes de abstraerse entre greens, pozos de agua y árboles, hablaron de River, su gran pasión. "Me da tristeza este momento. Cuando veo la tabla la quiero dar vuelta. Algo ha cambiado. Este no es mi River", dice el ídolo zurdo, casi quebrado. "Yo sigo siendo hincha. Me preocupo y hasta muchas veces lloro, por decirlo de alguna manera, porque sufro cuando a River le va mal", cuenta el inolvidable goleador uruguayo.

Son los máximos ídolos de los últimos tiempos, junto con el Burrito Ortega. Sin embargo, ninguno de ellos es candidato a ocupar el banco que dejó vacío Diego Simeone. Uno porque no quiere y no puede. Otro porque ni siquiera lo tienen en cuenta

-Enzo, Aguilar siempre dice que al primero que llama cuando se va un DT es a vos. ¿Esta vez te volvió a ofrecer el cargo?

-Sí, me llamó hace una semana. Y le dije lo mismo que siempre: yo estoy en otra actividad, viajo mucho. Agradezco el afecto y la credibilidad pero hoy no tengo tiempo para ser técnico. No es porque no quiera exponerme a que me insulten o perder la idolatría, sino que tengo que terminar un trabajo y un compromiso que asumí con un grupo de amigos. Después de eso veré.

-Y a vos, Beto, ¿por qué nunca se te nombra?

-Estoy proscripto. No sé por qué. Habría que preguntarles a los dirigentes qué hice de malo. A lo mejor hice un gol de más o gané algún campeonato de más. ¿Será por eso?

-¿Qué técnico elegirían hoy para River?

Alonso: -Yo no estoy para elegir, no me corresponde. Eso sí, no tengo dudas de que tiene que ser un hombre de la casa. No sé quién es el indicado. Creo que al Negro Jota Jota López hay que darle una posibilidad. El ya dijo que se había equivocado cuando se fue a Boca, se crió en River y ama al club. Gorosito también nació en River y el Tolo (Gallego) conoce a River a la perfección, como jugador y como entrenador. En este momento debe ser un DT de la casa porque va a ser más respetado y va a contar con más plafón que cualquiera de afuera.

Francescoli: -Por más que hablemos, la decisión la tiene que tomar el que la debe tomar. Me parece que es al pedo opinar porque cuando dije que Simeone no tenía experiencia en River, que era cierto, todo el mundo se molestó. Por eso prefiero no opinar. En lo que coincido con Beto es que conocer los pasillos del club te da un plus. Y si no es de la casa hay que rodearlo bien, porque River es un club muy especial.

Durante la charla, el Príncipe elude mencionar a su candidato y cuenta que el presidente de River no lo consultó al respecto. Pero, llamativamente, en la entrevista con La Red sí se la jugó. "De todos los que se nombran jugué con Gallego, Pumpido y Gorosito. Aunque el único que me dirigió fue el Tolo. Es gran técnico, sobre todo manejo del vestuario y la lectura del partido. Por eso, por el único que puedo sacar la cara es por el Tolo".

Independiente a la Libertadores como invitado?

La cuestión es así. Mañana la FIFA debe decidir si sanciona o no a Perú. La entidad máxima del fútbol le dio un ultimátum al gobierno peruano para que cambie la actitud ante la Federación Peruana de Fútbol (FPF) -están en contra de las autoridades-. Y la pena podría ser la desafiliación, por ende perderían las tres plazas que tienen en la Copa y entonces ahí entra en juego el Rojo y su historia de siete vueltas.

"El tema es que no quieren que la Libertadores quede chueca en algunas de sus llaves y por eso se pensó en incorporar a tres equipos que sean inobjetables, como los son Independiente y Santos, por su historia en este certamen, más el campeón de la Sudamericana", señalaron desde la Conmebol.

Así, entre el 22 y el 23 de noviembre se debería reunir el Comité de Urgencia para tratar la situación de Perú y por eso se esperará hasta el 24 a la noche para ver cómo se realiza el sorteo de la Libertadores al otro día. O sea, con o sin los peruanos. En sí, sería raro por reglamento que los reemplacen a dedo, aunque barajan la elección de un trío de federaciones al azar y que cada una elija a su representante. Aunque los beneficiados se conocerían luego del fixture.

Igual, los jugadores peruanos mandaron un carta a FIFA respaldando a la FEF y el Instituto Peruano del Deporte -órgano gubernamental que se opone a las autoridades de la FEF- aflojó un poco en a su actitud.

19/11/08

El Kun Agüero abandonó la concentración


La cara de Diego hablaba por él. Volvió de la práctica con los ojos vidriosos, destruido, como todo padre que tiene a su hija pasándola mal. Claudia Villafañe, la madre de Gianinna, había confirmado en distintos medios de la Argentina que "el bebé está bien". Pero él, obvio, seguía preocupado. La primera práctica de fútbol con la Selección no alcanzaba para descomprimir la situación. Por eso el Kun Agüero, unas horas antes, había abandonado la concentración para viajar rápidamente a estar al lado de su mujer. Encapuchado, tratando de no llamar la atención, partió con Fernando Molina, encargado de prensa de Maradona y novio de Dalma. Lo que pasó fue que Gianinna, embarazada de seis meses, sufrió pérdidas el lunes y fue internada. El problema, en principio, habría sido controlado, aunque igual sigue en observación en una clínica de Madrid. Allá está acompañada por Celeste, la esposa del Cata Díaz.

Al mediodía Agüero parecía tranquilo, feliz por ser dirigido por su suegro. Hasta había hablado con los medios de su relación con Gianinna; y Diego, de su felicidad por ser padre. Todo se desencadenó más tarde. Claudia lo llamó a Diego para avisarle y le costó convencerlo de que no era tan grave. El Kun tomó la decisión enseguida. Mientras, la noticia se supo producto de la casualidad: en el hotel había una chica que quería que le firmaran una camiseta, le pidió a un periodista, y cuando él se acercó escuchó al Profe Signorini contando lo que pasaba, el desconsuelo de Maradona en su habitación. Por eso en esos minutos nadie quería hablar.

Pasaba Carlos Bilardo, pasaba Alejandro Mancuso, siempre cordiales al contacto con los enviados especiales de los medios argentinos, pero con lógica evitaban la que lamentablemente era la noticia del día.

Propio del mundo de la Selección, enseguida surgieron versiones. Algunas exageradas, otras súper optimistas, que imaginan al Kun de vuelta para el partido de hoy a la tarde (18 horas de Argentina, las 20 en Escocia). Igual resulta más que improbable que el delantero pueda retornar. Llegaba a España a las once de anoche y con vuelo largo: Glasgow-Amsterdam-Madrid.

Diego y el Kun tuvieron una pésima noticia antes de empezar la nueva era. De hecho Agüero iba a ser titular (ahora lo reemplazará Ezequiel Lavezzi). El técnico también piensa en irse para Madrid después del partido, en el primer vuelo que encuentre.

Ojalá que cuando Maradona llegue, para Gianinna haya sido sólo un susto.

Mascherano es el nuevo capitan de la Seleccion

-¿Esperaste para decir que sí porque era de él, Masche?

-Pupi sabe el respeto que le tengo a la gente que me ayudó cuando llegué acá. Tanto el Ratón (Ayala), como él, el Gringo (Heinze)... Nos ayudaron mucho a los chicos. Sería injusto no recordarlo. Siempre digo que cuando a uno las cosas le van bien es muy fácil perder la cabeza. En mi caso trato de mantener los pies sobre la tierra y recordar a los que me ayudaron. Te puede ir bien o no, pero lo que queda es la persona. No sirve ser un gran jugador si afuera de la cancha sos una mierda.

-¿Es difícil ser cauto si el que te lo pide Diego?

-Va más allá de eso. Hay que ser agradecido y tener respeto. Sé lo difícil que es jugar en la Selección y Pupi tiene 127 partidos. Hay que sobresaltar eso, 14 años en la Selección. Lo hablé con él y le dije mi sentir, que es lo mismo que le dije a la prensa. No soy hipócrita. La capitanía es un detalle. El tendrá el mismo rol porque es una persona muy querida, y yo lo mismo. No cambia nada, simplemente hay un técnico que ahora se decidió por mí.

-¿Te duele menos que sea él el elegido, Pupi?

-No es fácil ser el capitán de la Selección. Lo vi crecer, por eso me pone muy feliz, sé la clase de persona que es. Va a ser un gran capitán para todos.

-¿Qué le dijiste además de desearle suerte?

-Que disfrute, que a mí me quedan pocos cartuchos, ja. Es hermoso ser el capitán. El se lo ganó, se lo tiene merecido. Yo no tengo ningún problema, al contrario. Lo hablamos acá, pudo haber sido por teléfono y era lo mismo. Mi compromiso será el de siempre.

-¿Hay que gritar mucho, Masche?

-Ja, ja. No, estoy disfónico por el frío de Escocia. Muchas veces se sobredimensiona la palabra capitán. En un grupo hay varias personas que llevan adelante todo, no uno solo. Lo hablamos con Pupi, algo que necesitaba. Cada uno seguirá con el mismo rol. Por suerte en esta Selección hace muchos años que nos llevamos muy bien.

-Suena fuerte porque te eligió justo Diego...

-Tampoco estamos hablando de la banda presidencial. No hagamos de esto un mundo. Acá cada uno es importante y sabe lo que debe hacer. No hace falta que yo le diga a mis compañeros lo que tienen que hacer, por algo triunfan en sus equipos. En este grupo, si hay algo que valorar de todos los capitanes es que cada uno tuvo derecho a opinar. Chicos o no, nos escuchaban. Y seguirá así... Hasta me pone incómodo hablar de esto.

-¿Qué te dijo Diego a vos, Pupi?

-Con Diego aún no hablé de este tema, la verdad. No sé si vale la pena, porque él fue muy claro. Cada DT tiene su capitán, yo por esto no me voy a sentir más o menos importante. No estoy en la Selección porque destapé una Coca Coca y me gané un concurso.

Carlos Bilardo: "Quiero que el DT sea Maradona"

Cómo fue ponerse otra vez esta ropa?

-No fue como la primera vez, estoy más acostumbrado. Me gusta, es lindo. La presión es lo peor. Hay una cosa que no faltará, si las cosas van mal alguno pondrá: "Segundas partes nunca fueron buenas".

-¿Debe contenerse para no entrar a la cancha?

-Lo peor que ustedes pueden escuchar son dos versiones distintas. Yo se lo dije el primer día: "Mirá que el que disponés sos vos". Dos no pueden.

-¿Le costó ponerse a un costado?

-Quiero que el DT sea Maradona. Recuerdo que con Pachamé empezamos y el título era "desde el banco confunden al jugador".

-¿Usted le dijo de asegurar con el 4-4-2?

-No, no. Ayala lo dijo hace mucho: "Es difícil jugar con tres atrás". Russo declaró "para jugar con tres estuve un año y medio". Necesitás tiempo... Si no estás acostumbrado, perdés. Aunque no pienso en esto, siempre pienso en el Mundial: un error y fuiste. No es excusa, pero si tenés cuatro años hacés a un líbero, un stopper; en un año y medio no se puede.

-Ahora hay que inventar laterales.

-Fijate que cuando Boca compró a Krupoviesa, yo lo tuve en Estudiantes y le querían dar el pase. No hay, hay que hacerlos. En los Juveniles hay que pensar qué voy a hacer dentro de cuatro años. Antes del Mundial 2002, dije "falta un reemplazante de Ayala". Y se lesionó Ayala.

-Una vez también dijo que estaba 20 años adelantado. ¿Ahora?

-Cambios tácticos no hay. Fui a la FIFA a una charla con 700 DT y decían eso. Está todo grabado.

-¿Qué inventaría?

-El que lo hizo la vez pasada, en Tigre, fue Galmarini: arrancó por derecha, cruzó la cancha y casi hace el gol de zurda. Otro que lo hacía era Ferrari, no el mal llamado carrilero, sino el lateral-volante que cruce la cancha. Esos van a jugar.

-¿Ellos a la Selección?

-No, yo digo. O Coudet, uno que la gente lo conoce. Ahora lo hacen muchos, no es un lateral que llega lineal por la banda.

-¿Cómo haría jugar a Messi?

-Hablé con Diego: que enganche por derecha y gambetee por adentro. La pelota parece parte de su pie.

-¿El desafío ahora es hacer lucir al mejor Messi?

-Depende de él. Como dije antes de Maradona. Y depende si se te da para campeón. Si Messi sale campeón será el mejor. Hará goles, es atacante. Lo verán siete partidos. Platini no pudo, Cruyff no pudo, tenés que ir a la final.

-¿El momento es el Mundial que viene? Quizá no estaba para Alemania.

-Puede ser. La media que me gusta es entre 25 y 27. Pero no uno de 20 y otro de 30, una media linda.

-¿Qué piensa de la extinción del enganche?

-Desapareció. Antognoni fue el último de Italia, Totti no es. Alemania no tiene más, Ballack no es. Francia tenía a Platini, Zidane. Argentina arrancó Verón, Riquelme, dejá a los Ortega. Después D'Alessandro, Insúa, sí, que van por izquierda o derecha, pero no con cuatro, me gusta libre. Hay 4 o 5 tipos, son un montón. En Argentina aún hay.

-¿Messi y Riquelme para no dejar una referencia?

-Pero en una función distinta. Nosotros teníamos a Burruchaga, eh. El enganchaba de atrás y Diego era un avión en tres cuartos. Burru la tenía siempre él. Con uno no hacés nada.

-Cuesta encontrar un Burruchaga.

-Es difícil. Me tocó marcar a los 10 en mi época y venía la bronca: me ponían buenos puntajes y decían "Bilardo anuló a Onega". El único tipo que me complicó fue Maschio. Le ensené a varios cómo marcar al 10 y cómo desmarcarse. Es un libro. A Diego lo marcaban, lo dejaban herido. Ahí lo empecé a usar en distintos lugares. Lo único que no logré es que agarrara de la mano con un compañero, se pusiera a bailar y dejara mirando al marcador... Si tenés uno que vale 100 palos y lo anula uno que vale 10, no es negocio.

-¿A Riquelme se le complicó en el Mundial?

-A Riquelme lo querés así o no lo querés. Son así pero no la pierden.

-¿Cuando Diego le dijo a Masche que era capitán le trajo recuerdos?

-Es una decisión de Diego. Cuando uno decide ahí no se puede contrarrestar. Si no viene el choque, no. Lo elegió por la personalidad, la fuerza, juega siempre... Yo elegí a Diego porque lo veía como el gran jugador, la diferencia. Veía un Pelé, un Cruyff, un Platini. Ahora estamos esperando a Messi. Si lo hubiera visto más me habría animado a decir sí o no. Me dejo llevar por los catalanes, que son jodidos cuando opinan de un jugador y dicen que es el mejor, lejos.

-¿Quién hace la diferencia en el mundo?

-Creo que Messi. Lo hace en el Barcelona, un club grande... Cuánto pagaron por Ronaldo, 140 millones, te hace la diferencia... De los brasileños Kaká, Ronaldinho se quedó un poco.

-Usted hizo capitán a Diego en el post 82. ¿Era para darle la cinta a Messi post 2006?

-El los conoció, es amigo de algunos jugadores. Yo hablo por radio, no los conozco. En la otra sí... Si eligió a Mascherano por algo es. Lo de Messi no sé. Ser el capitán es jodido, tenés que elegir éste y te vas a la miércoles. Mirá que hay diarios que decían que Maradona no podía jugar...

-¿Le da tristeza que no se hayan puesto de acuerdo los del 86?

-El tiempo lo dirá. Mi idea es que estén todos, y la vida es así. Hay muchachos que quedaron afuera, ojalá tengan suerte. Vamos despacio. Le dije a Diego: "No te apures. Es difícil, todos quieren ser jefes".

-¿Sigue pensando que si no es campeón no vuelve de Sudáfrica?

-No. Ahora tengo una nieta, ja.

Debuta Diego como DT de la Selección


Sólo Diego pudo hacerlo".

Maradona resopló y encaró al mundo. Ocultando un dolor profundo soportó el gatillo de las cámaras fotográficas. El sabía antes de entrar que Gianinna estaba con pérdidas en su embarazo, le pedía a Claudia que por favor le dijera la verdad aunque fuera grave. Pero sacó fuerzas y lo disimuló perfecto. ¿Cómo un padre que acaba de recibir la noticia de que su hija está internada puede montar una conferencia de prensa imperdible ante 200 periodistas? "Sólo Diego pudo hacerlo", repitió una persona de su círculo. La conferencia duró la media hora prevista, cuando se fue Diego le dio la mano al traductor, hizo caras maradonianas, jugueteó para las fotos. Aunque no lo sintiera. Otra vez fue distinto.

Organizado perfectamente, con traducción, sin histerias, Maradona tuvo su primera conferencia de prensa internacional como entrenador de la Selección. Como si el libro de su vida tuviera que alternar éxitos con frustraciones, grandes alegrías con tristezas. Venía tranquilo, motivado, muy metido con los jugadores, movilizando con la frase "yo pasé del infierno al paraíso, ¡cómo no van a poder ustedes!". Por eso necesitará de su entrega para el debut en el país en el que hizo su primer gol con la camiseta de Argentina, en el 79. Y del apoyo de sus jugadores. Esta vez será Diego más 11.

Pese a su condición de visitante, robó aplausos en la conferencia. Y no por cholulismo partidario sino por admiración. Por frases como éstas: "El camino es llegar primeros en el Mundial, no entre los cuatro. Cómo lo hagamos, dependerá de todos. En gran parte lo decidirán los jugadores con la guía de uno, pero el camino es llegar primeros: eso de los cuatro no me gusta para nada".

Tal vez por su rol de técnico, de contestatario, o por algo más profundo, evitó polémicas. Avisó que no entrará en disputas mediáticas con Blatter. Ni Platini. Ni con nadie. "Hay que bajar un cambio. Tengo que pensar mucho en mi equipo, pensar mucho en la Selección Argentina". No se rebeló cuando le preguntaron con acidez por los problemas de su vida. "Me levanto todos los días, me levanto todos los días. Nada más", repitió. Y otra vez se vio al Maradona que quiere refundarse en la Selección, pero bien, sano. El que empezará con un equipo con aires de Basile, aunque con un módulo táctico 4-4-2, hasta tener tiempo de usar la mano de Dios. "A medida que vayamos metiéndonos dentro de la Selección, seguramente habrá cambios tácticos, y de personas. Habrá cambios que le den la seguridad al jugador que está dentro de la Selección, que el jugador se sienta mimado. Apuntamos a eso: que se sienta feliz de estar en la Selección".

No dio ninguna señal de su dolor. Agradeció el trato a los escoceses. Festejó haberles dado felicidad con sus goles a Inglaterra. Contó que disfruta de algo que estaba buscando hace mucho tiempo. Es más, Butcher otra vez no lo pudo agarrar. "¿Así que no quiere saludar? (preguntó y juntó los labios como ironizando qué problema). Si él no me quiere, no lo voy a buscar. Que él haga su vida, que yo hago la mía. No voy a poder dormir, eh", deslizó, prevenido de la pregunta. Fue imposible no tentarse. Ellos también se rieron cuando le preguntaron por el gol con la mano y Diego le respondió "a la señorita, que cuando le ganaron la final a Alemania en el 66 hubo un gol que no fue. Lo vimos todos. Y no dijeron nada". Ahí, maradoniano, buscó la foto y marcó que la pelota picó adentro. "Así adentro", hizo el gesto.

En la cancha faltará gente, pese a que para Diego no es una noticia relevante. Repitió que quiere a Messi de pasador, "como les dije a los muchachos argentinos", aunque le sumó la palabra "conductor". "Yo le quiero dar libertad. Que la pase y cuando tenga que definir, que lo haga". Y, con los medios del mundo en un bolsillo, en una conferencia de prensa inolvidable, infló el pecho. "Siempre me gustaron los retos. Sé que va a ser duro. Pero también sé que yo necesitaba a la Selección y que la Selección necesitaba una guía. Y acá estamos juntos. Con experiencia o no, vamos a caminar juntos y yo creo que vamos a caminar bien. Si no hubiese aceptado, seguramente habría sido un cobarde". ¿Cómo hizo para que absolutamente nadie se diera cuenta de su verdadera cara? Sólo Diego pudo hacerlo.