18/12/08

San Lorenzo 2 Tigre 1


El paneo general, de punta a punta, es tajante. San Lorenzo salió decidido, tan voraz como inteligente, y se comió a Tigre. Se lo comió con actitud ganadora y con fútbol del bueno. Pudo borrar a un rival con currículum de bravo. Lo hizo jugar su peor partido, o casi, lo llevó a eso nada menos que en una final con pronóstico reservado, de partido parejo, áspero. Lo hizo descontrolarse como nunca. No le pesó la situación y demostró ser más en todo sentido, en lo individual y en lo colectivo. Tanto que recién se preocupó por primera vez ¡a los 75 minutos!, cabezazo de Lazzaro. Hasta ahí, y también la fiesta final, fue todo azulgrana, del azulgrana de Boedo con paso de campeón.

Si bien los títulos se pueden ganar con equipos más allá de los nombres, está claro que las individualidades pesan. Y San Lorenzo en se sentido tiene más que Tigre, un especialista en hacerse fuerte en lo colectivo, que encima no tuvo ni una pizca de talento para armar juego. Esa pizca que mostraron Solari y Barrientos en dos mano a mano previos a los goles. Primero gambeta del Indiecito a Jerez y después del Pitu a Arruabarrena, con sendos centros venonosos. Garganta profunda: cuando fue hasta el fondo metió dos en tres minutos y al toque pegó un cabezazo en el travesaño con otra preciosura del elegante zurdo. Y justamente a partir de estos dos que da gusto verlos jugar cuando juegan así se gestó la paliza. Este dúo para generar en ataque, para manejar los tiempos del partido, no sólo la bola sino también mentalmente la situación, para decidir cuándo tenerla, cuándo ser vertical, cuándo buscar la falta. Además, el gran ganador de la tarde fue compacto y ordenado e incomodó en la marca desde el área rival, con Solari tapando a Castaño, acierto táctico.

Justamente la táctica no le funcionó a Cagna. Porque sin ni uno encendido, no hay táctica que valga. Tuvo personalidad para sacar a Morel pero Ayala fue apenitas más que el 10. En seguida se animó a poner cuatro delanteros (Luna, Lazzaro, Altobelli y Ayala) y defender con tres, pero la seguridad y el dominio de San Lorenzo eran tan grandes que lo que se esperaba era el 3-0, el 4-0... Es decir cuándo podía darle el golpe de KO a Tigre y también un golpe a Boca, ya pensando en el sábado, casi obligándolo a una victoria.

Pero un poco por desgaste y otro poco por decisión, ya Solari, San Lorenzo retrocedió y le dio vida a un rival que estaba contra las cuerdas. Y más con las decisiones individuales equivocadas en contra(s) de Chávez y Menseguez. Hasta que pecó en un centro y llegó el sufrimiento, el hacer tiempo inesperado, el 'lo importante es ganar'. San Lorenzo ahora quedó a un triunfo del título en una goleada futbolística que no lo fue en el resultado. Tuvo todo al alcance para ganar por más diferencia y así tener más margen, hasta para especular con un empate vs. Boca, pero no.

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