9/1/09

Eduardo Alan es Mister Moto


Cuando su máxima aventura, la que había soñado por años, estaba a punto de comenzar, se suspendió. Decepcionado, Eduardo Alan se tomó una foto sobre la rampa de largada vacía del Dakar 2008, en Lisboa. No bien se confirmó que la travesía sería importada a Sudamérica, recuperó las fuerzas. El Turco integra el equipo Pampa Racing con el franco-uruguayo Laurent Lazard. Vaya ejemplos de resistencia. Alan estuvo perdido durante 15 horas y fue encontrado ayer, alrededor de las 8.50 (hora local). Había pasado la noche debajo de un árbol, mojado y con frío, luego de que la KTM se plantara en pleno especial Neuquén-San Rafael y la tormenta de lluvia, viento y granizo que obligó a detener el tramo le castigaran el cuerpo.

Cuando el trío de periodistas argentinos, entre los que estaba este enviado, fue obligado a dejar el helicóptero del Ejército sólo cinco minutos después del despegue con el argumento de que la nave "sería afectada al operativo de seguridad", crecieron las sospechas de que algo más grave ocurría. Había motociclistas perdidos en la etapa anterior. Alan era uno de ellos. Su compadre Lazard había abandonado el miércoles, después de haber largado la etapa en contra de la indicación médica: con la rótula derecha desplazada y fisurada y el ligamento interno roto.

Las peripecias del Turco habían empezado a las 18, cuando la moto falló unos 15 kilómetros antes del último puesto de control. Martín Caffarena y Andrés González, integrantes del equipo, comenzaron a preocuparse cuando se hizo de noche y Alan no aparecía. Los consolaba saber que en las dunas de Nihuil habían visto luces de varios pilotos en movimiento, que aún estaban lejos del campamento. Sin embargo, no conseguían comunicación con su piloto, justo en el día que se había conocido la muerte del francés Pascal Terry. Sus asistentes iniciaron una búsqueda propia por las dunas de Nihuil mientras la angustia crecía junto con la madrugada.

Alan logró comunicarse con un amigo en Buenos Aires cerca de las 3.15 de ayer: "Gus, estoy perdido en medio del desierto del Nihuil, poca batería, Iritrack no funciona. Mandame ayuda". Luego del contacto de Alan, Gustavo Lossendiere y su esposa llamaron a la delegación de la Gendarmería en San Rafael para que motorizaran la búsqueda. Mientras tanto, Caffarena y González caminaban por el desierto buscando al piloto. En las pocas comunicaciones entre el corredor perdido y sus amigos, cada uno dio detalles acerca de donde suponía estar. Cerca de las 5, la señal de los celulares se perdió. Dos horas después, los integrantes del equipo recargaron combustible, se quejaron con la organización y reanudaron la búsqueda, a la que se sumaron unos lugareños que practican enduro y se habían entrenado con Alan. Caffarena y González habían logrado una breve comunicación con el piloto, quien les dijo que estaba mojado y con mucho frío.

Lossendiere volvió a hablar con Alan, quien le contó que un helicóptero había pasado por encima, sin verlo. En medio de la conversación, el motociclista exclamó: "Ahí viene una moto... ¡Y me vio!". Cerca de las 8.50, Alan y el otro piloto perdido fueron encontrados por uno de los motociclistas locales, que además les llevaba barras energéticas y agua.

De vuelta en el campamento, cuando le tocó la hora de largar la etapa, cruzó la línea empujando a pie la KTM 690 cc para no quedar fuera de carrera. Luego volvió a meterla al campamento para que sus mecánicos concluyeran las reparaciones y así largar la sexta etapa, de San Rafael a Mendoza. Y llegó. Porque su primer Dakar no podía terminar tan pronto.

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