19/1/09

Eduardo Domínguez: "En Estados Unidos el soccer no es popular"


El último año de Eduardo Domínguez da para hacer un reportaje variopinto, para agregarle estilos a la entrevista deportiva y mezclar tics de un Jesús Quintero, o un algo menos pretencioso Jaime Bayly, o quizás, varios peldaños abajo, un autóctono Gerardo Rozín. Más, hasta se podrían tocar temas de Intrusos en el Espectáculo. Pero la traba surge enseguida. El futbolista primero rechaza la nota porque "cualquier título que salga va a dar para hablar de cualquier cosa menos de fútbol". Claro, cuando la charla comienza y se relaciona específicamente con la pelota, es inevitable que aparezcan los nombres de algunas personalidades que han rozado los últimos tiempos del ahora jugador de Huracán. Desde su flamante hijo cuyo abuelo es Carlos Bianchi, su relación angelina con el ahora técnico Ruud Gullit, el hecho de compartir vestuario con David Beckham o arreglar contrato con Alexis Lalas, aquel defensor estilo country de USA 94.

Y el hombre contesta, sin ahondar demasiado, pero contesta.

-¿Te sorprendió volver tan pronto? Hace apenas seis meses te fuiste a Los Angeles Galaxy (USA).

-Me sorprendió porque me había ido con otras expectativas, a otro fútbol, con ganas de quedarme más tiempo. Pero se dieron así las cosas. Huracán me abrió las puertas nuevamente y estoy contento. Conozco al grupo, a los utileros, a los dirigentes, al club en definitiva. Estoy agradecido por esta nueva oportunidad.

-¿Qué te movilizó para irte a Estados Unidos?

-Conocer un fútbol y un país diferente. Vivir cosas nuevas, me pareció una buena oportunidad. Siempre supe que si había una posibilidad de vivir una experiencia novedosa en otro lugar lo iba a pensar seriamente. Además era Estados Unidos, un país que da para vivir, ¿no? Lo pensamos bien con mi mujer (NdeR: Brenda Bianchi, la hija de Carlos, con la que se casó en el 2008 y tuvo un hijo) y tomamos la decisión. De alguna manera, no fue positivo y volvimos antes de lo previsto. Pero igual fue una linda experiencia para vivirla. Y ahora tengo todas las pilas para enfrentar este año.

-¿Qué fue lo que no funcionó? ¿Lo futbolístico o la adaptación al país.?

-Cada uno lo puede tomar desde el punto de vista que quiera. Yo llegué porque me había visto el técnico, que en ese momento era Ruud Gullit (NdeR: el holandés es uno de los mejores jugadores de la historia, rival de Maradona en aquella disputa Norte-Sur en Italia) y a los dos partidos que jugamos, se fue. Vino un técnico americano (NdeR: Bruce Arena, el más exitoso del país) y no me puso más. Así, de una. Se ve que no le gustaba demasiado mi juego, no sé, habría que ver o preguntarle a él los motivos.

-¿Qué genera encontrarse con semejante figura, el Diablo Rasta Gullit?

-Uno no los conoce personalmente y sólo tiene una idea por lo que se habla en la prensa. Y después te das cuenta de que el trato diario es totalmente normal. Obviamente, pensás cómo vas a reaccionar si te cruzás en la vida con tal o cual personaje. Y afortunadamente el fútbol te hace conocer personas que nunca pensaste que ibas a conocer. Pero dentro del vestuario es uno más.

-¿Tuvismo un diálogo fluido con él?

-Al principio yo tenía un traductor. Gullit hablaba un español no del todo perfecto pero se le entendía muy bien. A mí me habló todo en nuestro idioma. El primer día me dijo lo que pretendía pero dos fechas después se fue. Y con él se fue casi mi experiencia en el equipo.

-¿Hacía referencias a los argentinos, o a Diego?

-Fuera de lo que fue trabajo, casi no hablé. Lo que sí, conocía mucho el fútbol argentino, estaba muy bien informado, se notaba. Y eso a veces sorprende.

-¿Y con el manager Alexis Lalas, qué onda?

-Me recibió muy bien, también hablaba español. Lo recordaba del Mundial de Estados Unidos 94, con pelo largo, con chiva. Tenía onda rockera pero ahora es la seriedad, el manager de un equipo estadounidense. Nada que ver con aquel look.

-En el vestuario debía haber algunos latinos. ¿Hablaban español?

-Todo inglés. Cuando llegué había un brasileño y un muchacho de Guatemala, Carlos Ruiz, de selección. Me acogió muy bien, habla inglés ya que está hace muchos años en la Liga. Me ayudó bastante.

-En el básquet a Los Angeles Lakers lo va a ver el jet set, la farándula de Holywood. Jack Nicholson, Leonardo Di Caprio, Andy García, Steven Spielberg, ¡¡Pamela Anderson!! ¿Al fútbol van?

-Ahí es el soccer. Y no es nada popular. En Estados Unidos arrancás con fútbol americano, básquet, béisbol, hockey sobre hielo, un montón de deportes entre los que el fútbol ni figura. El soccer para ellos no existe. No pueden entender que la gente gane plata con eso. Es cierto que hay un crecimiento de a poco, tratan de cambiar una mentalidad que ya está formada para ver deportes con otras ideas. Ellos quieren muchos tantos, muchos goles. No les entra en la cabeza que en el fútbol podamos terminar 0 a 0.

-Cero farándula...

-No, obviamente como estaba David Beckham en el equipo, no nos ignoraban tanto. Yo la verdad no tengo idea ni vi a nadie. Decían que, por ejemplo, Tom Cruise y ese tipo de gente era de ir a la cancha.

-¿Qué onda David?

-Habla español también. Un trato normal, él es muy profesional. Uno ve lo que genera fuera del campo de juego y es tremendo. Pero en el vestuario es uno más, se ríe, habla con todo el mundo, saluda siempre a la mañana o cuando se va, se entrena al ciento por ciento todas las prácticas. Muy profesional el tipo.

-Te sigue los pasos: vos te fuiste del Galaxy y él se fue... al Milan.

-Vamos a ver si lo podemos traer acá, ja, ja.

-¿A Huracán? ¿Por ahí te lo pide tu suegro para llevarlo a Boca?

-No, no. Dejalo ahí que está muy bien. Era chiste.

-Hablando de Bianchi. Tu hijo va a ser defensor duro como vos o goleador como Carlos.

-Ja, ja, ja. Está creciendo sano y salvo, eso es lo más importante. Vamos a dejarlo en paz.

-Está bien, no lo metamos tan temprano en el fútbol. Pero Bianchi ya está hace rato. ¿Mejor técnico o abuelo?

-Abuelo, mucho mejor que en cualquier otra cosa, ja, ja... Pero hablemos de Huracán mejor.

-OK. Justo de tu vuelta, Ubeda dijo que cuando era técnico había pedido que no te vayas y ahora que él se fue, volviste.

-Lo hablé bastante con Claudio. Pero esa gente que me trajo la oferta para Estados Unidos ya lo había hecho con anterioridad, previo a que termine el torneo y todavía la gente de Huracán no me había hablado. Sabía que Ubeda quería que me quedara pero la oferta era demasiado buena para mí y mi familia, así que decidí partir. Viste que en la vida las cosas se suelen dar cuando menos uno las piensa. Yo le agradezco a Claudio que en su momento me abrió las puertas a una semana del inicio del torneo. Lo conozco como persona y creo que además es un gran técnico, que tiene un futuro bárbaro.

-Evidentemente te fuiste bien. Si no, el regreso no hubiera sido posible.

-Espero haber rendido, que le haya gustado a la gente y ahora devolverle el doble. Porque ahora están confiando aún más al repetir. Si hay expectativas, tengo que rendir más.

-¿En Huracán recuperaste el nivel de tus inicios?

-Se dieron muchas cosas. En lo personal estaba muy bien, esperando un hijo. Se acumularon cosas. Me sentía cómodo, con respaldo del cuerpo técnico y compañeros. Siempre hay varios factores que influyen en un buen rendimiento. Y sí, creo que estoy mejor que hace un tiempo.

-¿Por dónde pasa el objetivo de Huracán?

-La historia de un equipo en sus primeros años de vuelta a la Primera, salvo la excepción que fue Tigre, pasa por mantenerse. Siempre hay muchos cambios de jugadores, hay muchos préstamos de diferentes lados y es difícil mantener el equipo. Si andás bien, ya te pretenden de un equipo con mayor solvencia económica. Se hace muy difícil sostener una base. Pero obviamente hay que tratar de repetir lo del primer año en Primera. Si se logra eso, con el paso del tiempo se puede ir pensando en pelear más arriba. Hoy hay que trabajar duro y encontrar el funcionamiento que quiere Angel (Cappa) y a medida que transcurra el torneo veremos para qué estamos.

-¿Desde el Norte seguías la campaña?

-Leía por Internet, veía algunos partidos por tele. Me dio tristeza que Claudio diera un paso al costado. Pero bueno, el fútbol es así. Y por suerte el equipo se pudo recuperar a lo último y sacar un poco más de puntos y así tomar un poco más de aire para el torneo que viene.

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