15/1/09

Tortuga Fernández la nueva joya de River


Tiene 18 años, nació en Concordia, Entre Ríos, es delantero y hace goles. Se llama Gustavo Fernández, le dicen Tortuga y, casualmente, fue el último juvenil en sumarse a la lista que armó Néstor Gorosito para la pretemporada. Pero está claro que de lento no tiene nada. Es que frente a Independiente, y en sólo 32', se las rebuscó para generar un desvío en el travesaño, dejar a Barrado y a Rosales solos frente al arco, imponer sus 80 kilos y sus 176 centímetros de puro músculo y cambiarle la cara a River. Y también para olfatear una mala salida de Navarro, anticipar el despeje de Godoy y gritar su primer gol en 1ª. Por eso, tras aclarar que el apodo no tiene relación con su velocidad y mucho menos con la célebre Manuelita ("me lo puso un compañero de Defensores de Nébel, el club en el que arranqué, y fue por la forma de mi cabeza"), y explica que adentro de la cancha se siente muy distinto. "Me dicen Tortuga, pero soy muy rápido. ¿Cómo quién? No sé, porque la verdad es que no veo muchos jugadores con mis características".

Rápido o lento, su aparición en el equipo de Pipo hizo ruido. Basta con pararse en el lobby del hotel Sheraton para darse cuenta. En la vereda, 20 hinchas lo llaman como si lo conocieran de toda la vida. Y él, tímido, se sorprende. Como cuando se le pregunta por su noche. "Fue inolvidable. Llegué al hotel y no me podía dormir. Me tranquilicé luego de charlar con Mateo y Mauro (Musacchio y Díaz, sus compañeros de cuarto)". Antes, claro, llegó el llamado a Concordia para hablar con Gustavo, su papá policía, y con Elsa, su mamá maestra y una de las más contentas por el debut del nene. "Estaba nerviosa. Me contó que casi se descompone de alegría frente a la tele cuando hice el gol. Y que después no paró de recibir gente en casa, vecinos y la familia de Bou, que vive a dos cuadras de casa". Tortuga también cuenta que hubo risas a la distancia con sus hermanos Eliana y Nicolás ("tiene 14, es delantero y juega mejor que yo") y, lógico, el momento romántico con Andrea, su novia. "Ellos siempre me apoyaron y me dieron fuerzas. Y se los agradezco. En ellos pensé apenas terminó el partido y en Martín, mi abuelo, que falleció hace dos años y era un enfermo de River".

Ajeno a cualquier mal augurio, el entrerriano cuenta que en ningún momento se asustó al ver que le daban la camiseta 17 justo un martes 13. "Es como dijo Pipo en Olé, esos números traen suerte". Y aunque ya recibió varios pedidos, aclara que no la va a regalar. "Esta me la guardo yo. Es especial", asegura el pibe que después de hacer carrera en Renato Cesarini, en el 2007 fue fichado por River. Y que a los pocos días de estar en el club viajó por primera vez en avión. ¿A dónde? A Corea, para integrar la Selección que disputó el Sub 17. Pero no sería su única travesía al exterior. Y tampoco pasaría inadvertido. El año pasado fue a Italia con la 5ª de River y le hizo cuatro goles al Milan en el Torneo Cittá di Torino. "Fue un partido en el que se me dio todo. Fue muy importante, ya que había clubes de todo el mundo. Y eso sirve para mostrarse". Tanto que aparecieron interesados en llevárselo y también varios representantes que vieron en él un diamante en bruto. Y más al enterarse de que no estaba bajo el ala de ningún apoderado. Por eso, para evitar dolores de cabeza, en Núñez cuentan que algunos decidieron incentivarlo con una promesa: plata por goles. Hasta se habló de 100 pesos por grito. Pero eso para él no es lo que más importa. "La plata es lo de menos. Mi sueño es ser ídolo de River. El gol que le metí a Independiente, por ejemplo, no tiene precio".

Admirador de Falcao y de Francescoli, Tortuga sabe que muchos hinchas que lo vieron en Reserva y hasta el propio Gorosito lo rebautizaron Mencho. Pero admite que la comparación lo desorientó. ¿Porque no le gusta el estilo de Ramón Medina Bello? "No, porque casi no lo había visto. Recién en las vacaciones, un tío me mostró unos videos de él. Me gritaban 'Mencho, Mencho' y yo no sabía si eso era bueno o malo", reconoce. Y ahí nomás se mira al espejo del nacido en Gualeguay. "Vi que él aguantaba bien la pelota, que desbordaba y que siempre estaba para el gol. No sé si somos similares, puede ser. Pasa que todavía soy chico. Y me falta recorrer un camino enorme para alcanzar lo que hizo en River. Si soy parecido, con ser un 25% de lo que él fue, me alcanza".

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