Sentado en una de las sillas azules del hall, aún con la ropa de entrenamiento, Javier García estira las piernas, juega con una media que tiene en la mano, clava la mirada con esos ojos verdes oscuros que se tornan vidriosos. No hay lágrimas, pero el blooper del domingo ante Colón le hizo pasar sus horas más difíciles desde que es el arquero titular de Boca.
-¿Cómo estás?
-Bien.
-¿Y estas horas?
-Tranqui. Estuve en la cama, fui al local de mi hermano, lo habitual.
-El domingo fuiste muy autocrítico...
-Dije la verdad. Llegamos 20 veces y ellos tres, una pegó en el travesaño y hubo dos goles. No dije nada raro, sólo la realidad: el partido se complicó por el segundo gol.
La charla con García no tuvo testigos. Sólo empleados del club que deambulaban por el hall y médicos que iban y venían. Hasta que apareció Riquelme. Justo después de la cuarta pregunta. Pasó, saludó y se rió. "Es mi amigo", lo definió el arquero.
-¿Qué te genera él?
-Es terrible. Por suerte, tengo una relación muy buena. Y no sé por qué. Es mi ídolo desde chico, tuve sus pósters en mi pieza... Mi primera experiencia fue cuando vinimos del Mundial Sub 20 y me llevó a comer a la casa con todos los chicos del Mundial. Después, de hablar en el entrenamiento, tomar mate... En mi debut, él estaba en Pekín y me mandó un mensaje: 'Suerte, tranquilo, sólo hacé lo que sabés'. ¿Qué mejor respaldo que el del diez, no?
-¿Qué consejos te dio?
-Que esté tranquilo, que goles me voy a comer millones. Me dijo: 'Ojalá que el sábado ganemos 4 a 3 y que te comas tres goles más. Si te comés los goles quiere decir que estás, y eso es bueno. Tenés 21 años y estás en la Primera de Boca'. Todos saben que el arquero se come goles... Por ahí ves un arquero español que gana el doble o el triple que yo y se come el mismo gol o peor. Son las reglas del juego.
-¿Tu mejor psicólogo es Román?
-No. Román es un amigo y eso me hace muy bien.
-¿Hablaste con Mara, la psicóloga del club?
-No, para nada. No necesito un psicólogo. Nací acá y sé cómo es esto. Me pongo mal en Primera, en Reserva, en Inferiores, en Infantiles... Hasta en el baby me ponía mal. Me hacían tres goles y lloraba, tenía 6 años. Tiraba los guantes, me iba y mi viejo me quería agarrar de los pelos... Tampoco es tan dramático. Estoy contento porque se ganó y porque me salvaron mis compañeros.
-¿Este arco es gigante?
-No, mide igual que todos. Lo que lo hace gigante son los periodistas, la gente, la pasión...
-Se dice que en el arco de Boca o de River hay que contagiar seguridad...
-Es siempre lo mismo. En el arco de Gimnasia te llegan siete veces, el arquero saca cuatro, le hacen tres goles y aprende de esa manera. Cuando debuta tiene 25 años y va aprendiendo así. A mí me tocó aprender de golpe, crecer de golpe, todo nuevo, no tenía ni un amistoso. Jugar en Reserva es totalmente distinto. Pero estoy encantado, feliz y no tengo ningún complejo. Si me tengo que volver a equivocar, me voy a equivocar. Me pasó con Vélez, que llegaron tres veces y me hicieron tres goles. Contra Racing dos veces y me la puso al lado del palo, son goles... En Tucumán un zapatazo al ángulo, y todos centros. Y después en Fútbol de Primera no pasan los centros. O como con Gimnasia, Banfield y River, esos tres partidos que mantuve el cero. En 90 minutos te llegan centros, pelotas para cortar y eso quizá no se ve.
-Acá no hay tiempo.
-Los tiempos de Boca son muy cortos. Por eso, siempre traen arqueros y de experiencia, pero tengo el respaldo de mis compañeros, del técnico, de la dirigencia. Tengo muchísimo tiempo por aprender y ojalá pueda seguir aprendiendo. Me tocó aprender así y estoy contento de la vida.
-¿Sos chico para ser arquero de Boca?
-Boca siempre fue de traer arqueros. Hace 11 años que estoy y he visto pasar grandes arqueros de Inferiores que no tuvieron oportunidad. Dulcich, Eberto, Caballero, Astrada, estos tres arqueros de Selección, eh, y no tuvieron mi suerte. 21 años es joven para cualquier arco, pero igual se equivoca uno de 40 y las críticas no son las mismas. Quizá, doy un rebote con River y ya te catalogan de rebotero, ¿y vos qué sabés si fue un rebote de una circunstancia? Después la agarré.
-¿Las críticas no son iguales porque es Boca?
-En eso es el arco más grande. Lo agranda la pasión, ustedes, la realidad. Por ejemplo, me sorprendió muchísimo una pelota contra Racing que paré de pecho, la tenía totalmente controlada y la gente se me vino encima. Me sentía confiado, para decir 'acá estoy yo' y transmitir tranquilidad, y parecía que me había salido todo al revés.
-¿Te pasa de no poder dormir?
-Nooo. Ojo, tampoco es que me ando cagando de risa después de un partido así. Me duele, obvio, pero tampoco te podés andar maquinando todo el tiempo porque si no, no tenés vida y te come la presión, eso tampoco es bueno. El duelo ya lo hice.
-¿Ischia te habló?
-Sí, es un fenómeno. Las palabras que me dijo después del partido me dieron el ánimo que necesitaba. Si por ese error perdíamos el campeonato, Carlos iba a estar en duda y él no iba a tener nada que ver. El error era todo mío. El se está jugando una ficha muy importante al poner un pibe de 21 años. Sólo tengo palabras de agradecimiento.
-¿Se vienen tus partidos más importantes?
-Sí. El de River y el del debut también lo fueron.
-¿Qué te dijo la gente?
-Está el que te hace la joda, el que te dice algo serio, el que te quiere aconsejar.
-¿Qué le querés transmitir al hincha de Boca?
-Ehhh, no sé, que le quiero transmitir, o sea...
-¿Que se quede tranquilo?
-Ojalá que se quede tranquilo. Le pido al hincha que siga confiando en mí. Estoy aprendiendo en un arco muy grande.
-¿En estos dos partidos te jugás mucho?
-La misma presión que si jugara con Sacachispas.
-Si respondés ahora te ganás un lugar...
-(Interrumpe) O quizá no y te traen otro. No te tiene que jugar eso en la cabeza. Para mí, contra Sacachispas o una final contra San Lorenzo tiene que ser lo mismo. Lo importante es que no me hagan goles.
-¿Te va a dar bronca si traen otro arquero?
-Hace cuatro años que estoy con Primera y siempre hablan dos meses antes. Falta muchísimo. Si tienen la necesidad de traer otro arquero, que lo traigan.
-La última, ¿estás bajoneado o no?
-En mi laburo soy totalmente exigente, como el psicólogo, el dentista, el que opera. Te quedás mal el post partido y al otro día a lo sumo. Después ya está. Igual que cuando hacés un buen partido. No te podés quedar con lo que hiciste, tenés que pensar en lo que viene. Por eso, desde el lunes ya estoy pensando en San Lorenzo.
-¿Cómo estás?
-Bien.
-¿Y estas horas?
-Tranqui. Estuve en la cama, fui al local de mi hermano, lo habitual.
-El domingo fuiste muy autocrítico...
-Dije la verdad. Llegamos 20 veces y ellos tres, una pegó en el travesaño y hubo dos goles. No dije nada raro, sólo la realidad: el partido se complicó por el segundo gol.
La charla con García no tuvo testigos. Sólo empleados del club que deambulaban por el hall y médicos que iban y venían. Hasta que apareció Riquelme. Justo después de la cuarta pregunta. Pasó, saludó y se rió. "Es mi amigo", lo definió el arquero.
-¿Qué te genera él?
-Es terrible. Por suerte, tengo una relación muy buena. Y no sé por qué. Es mi ídolo desde chico, tuve sus pósters en mi pieza... Mi primera experiencia fue cuando vinimos del Mundial Sub 20 y me llevó a comer a la casa con todos los chicos del Mundial. Después, de hablar en el entrenamiento, tomar mate... En mi debut, él estaba en Pekín y me mandó un mensaje: 'Suerte, tranquilo, sólo hacé lo que sabés'. ¿Qué mejor respaldo que el del diez, no?
-¿Qué consejos te dio?
-Que esté tranquilo, que goles me voy a comer millones. Me dijo: 'Ojalá que el sábado ganemos 4 a 3 y que te comas tres goles más. Si te comés los goles quiere decir que estás, y eso es bueno. Tenés 21 años y estás en la Primera de Boca'. Todos saben que el arquero se come goles... Por ahí ves un arquero español que gana el doble o el triple que yo y se come el mismo gol o peor. Son las reglas del juego.
-¿Tu mejor psicólogo es Román?
-No. Román es un amigo y eso me hace muy bien.
-¿Hablaste con Mara, la psicóloga del club?
-No, para nada. No necesito un psicólogo. Nací acá y sé cómo es esto. Me pongo mal en Primera, en Reserva, en Inferiores, en Infantiles... Hasta en el baby me ponía mal. Me hacían tres goles y lloraba, tenía 6 años. Tiraba los guantes, me iba y mi viejo me quería agarrar de los pelos... Tampoco es tan dramático. Estoy contento porque se ganó y porque me salvaron mis compañeros.
-¿Este arco es gigante?
-No, mide igual que todos. Lo que lo hace gigante son los periodistas, la gente, la pasión...
-Se dice que en el arco de Boca o de River hay que contagiar seguridad...
-Es siempre lo mismo. En el arco de Gimnasia te llegan siete veces, el arquero saca cuatro, le hacen tres goles y aprende de esa manera. Cuando debuta tiene 25 años y va aprendiendo así. A mí me tocó aprender de golpe, crecer de golpe, todo nuevo, no tenía ni un amistoso. Jugar en Reserva es totalmente distinto. Pero estoy encantado, feliz y no tengo ningún complejo. Si me tengo que volver a equivocar, me voy a equivocar. Me pasó con Vélez, que llegaron tres veces y me hicieron tres goles. Contra Racing dos veces y me la puso al lado del palo, son goles... En Tucumán un zapatazo al ángulo, y todos centros. Y después en Fútbol de Primera no pasan los centros. O como con Gimnasia, Banfield y River, esos tres partidos que mantuve el cero. En 90 minutos te llegan centros, pelotas para cortar y eso quizá no se ve.
-Acá no hay tiempo.
-Los tiempos de Boca son muy cortos. Por eso, siempre traen arqueros y de experiencia, pero tengo el respaldo de mis compañeros, del técnico, de la dirigencia. Tengo muchísimo tiempo por aprender y ojalá pueda seguir aprendiendo. Me tocó aprender así y estoy contento de la vida.
-¿Sos chico para ser arquero de Boca?
-Boca siempre fue de traer arqueros. Hace 11 años que estoy y he visto pasar grandes arqueros de Inferiores que no tuvieron oportunidad. Dulcich, Eberto, Caballero, Astrada, estos tres arqueros de Selección, eh, y no tuvieron mi suerte. 21 años es joven para cualquier arco, pero igual se equivoca uno de 40 y las críticas no son las mismas. Quizá, doy un rebote con River y ya te catalogan de rebotero, ¿y vos qué sabés si fue un rebote de una circunstancia? Después la agarré.
-¿Las críticas no son iguales porque es Boca?
-En eso es el arco más grande. Lo agranda la pasión, ustedes, la realidad. Por ejemplo, me sorprendió muchísimo una pelota contra Racing que paré de pecho, la tenía totalmente controlada y la gente se me vino encima. Me sentía confiado, para decir 'acá estoy yo' y transmitir tranquilidad, y parecía que me había salido todo al revés.
-¿Te pasa de no poder dormir?
-Nooo. Ojo, tampoco es que me ando cagando de risa después de un partido así. Me duele, obvio, pero tampoco te podés andar maquinando todo el tiempo porque si no, no tenés vida y te come la presión, eso tampoco es bueno. El duelo ya lo hice.
-¿Ischia te habló?
-Sí, es un fenómeno. Las palabras que me dijo después del partido me dieron el ánimo que necesitaba. Si por ese error perdíamos el campeonato, Carlos iba a estar en duda y él no iba a tener nada que ver. El error era todo mío. El se está jugando una ficha muy importante al poner un pibe de 21 años. Sólo tengo palabras de agradecimiento.
-¿Se vienen tus partidos más importantes?
-Sí. El de River y el del debut también lo fueron.
-¿Qué te dijo la gente?
-Está el que te hace la joda, el que te dice algo serio, el que te quiere aconsejar.
-¿Qué le querés transmitir al hincha de Boca?
-Ehhh, no sé, que le quiero transmitir, o sea...
-¿Que se quede tranquilo?
-Ojalá que se quede tranquilo. Le pido al hincha que siga confiando en mí. Estoy aprendiendo en un arco muy grande.
-¿En estos dos partidos te jugás mucho?
-La misma presión que si jugara con Sacachispas.
-Si respondés ahora te ganás un lugar...
-(Interrumpe) O quizá no y te traen otro. No te tiene que jugar eso en la cabeza. Para mí, contra Sacachispas o una final contra San Lorenzo tiene que ser lo mismo. Lo importante es que no me hagan goles.
-¿Te va a dar bronca si traen otro arquero?
-Hace cuatro años que estoy con Primera y siempre hablan dos meses antes. Falta muchísimo. Si tienen la necesidad de traer otro arquero, que lo traigan.
-La última, ¿estás bajoneado o no?
-En mi laburo soy totalmente exigente, como el psicólogo, el dentista, el que opera. Te quedás mal el post partido y al otro día a lo sumo. Después ya está. Igual que cuando hacés un buen partido. No te podés quedar con lo que hiciste, tenés que pensar en lo que viene. Por eso, desde el lunes ya estoy pensando en San Lorenzo.
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