Los hinchas de Tigre se lo querían comer después de la acertada roja a Islas. Los de San Lorenzo también por los supuestos dos penales que no les dio. Russo ídem. Rusculleda no iba a ser menos "porque cobró todo para ellos". Disparen contra Laverni fue ese final acalorado de la primera final. Disparen y, a no ser porque Cagna lo frenó a Blengio y algunos policías con escudos protegieron al juez, díganle de todo a Laverni. Pero Saúl, desde su metro ochenta, ni se inmutó. "Fue una final de hombres dirigida por hombres", dijo el pito muy tranquilo al final. "Islas llegó antes que Bergessio a la pelota y después hubo contacto. En mitad de cancha se dieron varias iguales y tampoco cobré falta. ¿Por qué tendría que haberlo hecho en el área? Al menos, ese fue mi golpe de vista", se defendió de la primera polémica. "Y en la otra, la decisión fundamental fue de Romerito (el línea) al avisarme que hubo una agresión. Del detalle de si la pelota estaba o no adentro, para la cuaterna (sic), no estaba: vimos infracción con la pelota afuera y eso fue lo que cobramos".
Y antes de agradecerle a Cagna porque fue el único que lo elogió ("nos conoce y sabe lo que es el arbitraje"), aceptó que "en el juego arriesgué un poco por encima del límite para que hubiera continuidad. Pero no tengo dudas: no vi penal en ninguna de las jugadas que reclaman".
Y antes de agradecerle a Cagna porque fue el único que lo elogió ("nos conoce y sabe lo que es el arbitraje"), aceptó que "en el juego arriesgué un poco por encima del límite para que hubiera continuidad. Pero no tengo dudas: no vi penal en ninguna de las jugadas que reclaman".
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