Si te preguntan por qué no estás dirigiendo, ¿qué respondés?
-Que no me llegaron propuestas convincentes. Tuve charlas con algunos presidentes y por diferentes motivos no se dio.
-¿En qué andás?
-En Santa Fe, esperando. Y viendo mucho fútbol.
-¿Tenés ganas de volver a dirigir?
-Sí. Uno se va metiendo de nuevo dentro del fútbol, va conociendo equipos y es un aliciente volver...
-¿Estás dispuesto a meterte en la selva?
-(Interrumpe) Para los que hemos estado no es tan dramático como para el entorno. Somos conscientes de este mundo, las presiones que hay. Entonces, la experiencia de haber sido jugador nos facilita esa absorción de la presión. Eso no significa que uno no esté constantemente expuesto. Pero sabemos que es parte del mundo que elegimos.
-Después de lo que te pasó en Colón, ¿podés creer en un proyecto a largo plazo?
-Sí. Hay algunos clubes que son consecuentes con la idea que le dicen a los entrenadores al contratarlos. Quizás no son de primer nivel. Las presiones que existen en el fútbol exigen resultados inmediatos. Incluso así hay algunos clubes que se manejan con estabilidad y después obtienen resultados. Es una cadena. El tema está en definir si lo aguanto porque tiene buenos resultados o si porque lo aguanté, obtuve buenos resultados.
-¿Quedaste manchado tras lo de Colón?
-Quizás para la gente que no es del fútbol puede incidir, pero no creo que la gente del fútbol lo valore demasiado... Si a todos los técnicos los han echado, van, vienen, les va bien un año, les va mal otro.
-¿Qué pasó?
-En Colón se equivocaron feo conmigo. Cuando me fueron a buscar me plantearon un proyecto, que el club cumplía 100 años, que se había formado un equipo importante... No tuvimos resultados los primeros partidos y una persona ajena a la CD pero que incidía mucho en las decisiones del club, dijo que nos teníamos que ir. Me llamó por teléfono un vocal para decidirme que no vaya a trabajar. Con el presidente no hablé. Colón no se merecía eso. De hecho, esos directivos ya se fueron.
-Esa persona "ajena" a la CD no era dirigente...
-No, en ese momento no.
-¿Quién era?
-José Vignatti. El decidió que no podía seguir.
-El presidente Darrás...
-(Interrumpe) Supuestamente Darrás era un títere manejado por Vignatti.
-Darrás se portó mal.
-No tuve posibilidades de hablar ni pretendo hacerlo. Me tiene sin cuidado.
-Sorprendió que duraras sólo tres partidos...
-Cosas del fútbol. Se lo deberías preguntar a los dirigentes. No podés trabajar en un lugar en el que no te quieren.
-¿Volviste a hablar con Vignatti?
-Nunca más hablé con los directivos de Colón.
-¿Pero no te sorprendió que te echara una persona que no era directivo?
-Sí, claro que me sorprendió, pero ¿que querés que haga? (levanta la voz) Si el club fue el que me dijo que no volviera a entrenar.
-¿Darrás te defraudó?
-No. No esperaba nada de él. No tiene capacidad para ser dirigente de fútbol.
-¿Y la barra?
-Yo no tenía relación.
-Luego de tu salida, Tombolini reconoció que le daba plata...
-Yo nunca tuve relación. Tenían bastante bien controlado ese tema. Nunca fueron al entrenamiento.
-Bueno, los jugadores los "controlaban" con plata.
-Yo no tenía relación con la barra.
-¿Volverías a Colón?
-Sé que voy a volver. Voy a la cancha, estoy bien con la gente... Estoy convencido de que voy a volver.
-¿Dirigirías a Central?
-Sí. Central me ha dado prácticamente todo lo que soy como futbolista.
-¿Estarías dispuesto a romper tu mito en Central con tal de dirigirlo?
-Con Central y Colón tengo una decisión que es ajena a mis pensamientos. Estoy obligado emocionalmente. Aunque sé que mi forma de ser conlleva un proyecto que no sé qué institución aceptaría llevar a cabo.
-¿A qué te referís?
-Si te propone que seas el entrenador y no te propone un proyecto y no te pone algunas garantías con el equipo que querés formar, es muy dificil que se den los objetivos. En mi vida personal soy una persona muy noble, actúo con muchísima transparencia en todos los ámbitos de la vida y no estoy desconfiando permanentemente.
-¿Y cómo jugarán los equipos de Pizzi?
-Se debe organizar el aspecto táctico de acuerdo a los planteles que puedas conformar. Si bien me gusta ser protagonista independientemente del equipo que dirija, a veces los planteles necesitan otro tipo de filosofía. Pero si me das la posibilidad, apuesto al protagonismo....
-Todo el mundo lo dice.
-Sí, pero ahora los esquemas tácticos, si bien no son decisivos, inciden mucho cuando hay paridad.
-¿Hoy se corre más de lo que se piensa?
-Sí. Lo llamativo es que jugadores más grandes y con menos despligue físico son figuras en sus equipos: Verón, Fuertes, Riquelme. Por el vértigo y la presión que se ejerce, a veces se necesita de un jugador que ponga la pausa, no futbolística, sino la física, jugar a un ritmo que le permita tener más precisión y que esos pases tengan como receptor a un jugador del mismo equipo. Hoy todos corren y presionan porque la pelota la tiene el rival.
-¿Tres o cuatro atrás?
-Si me das a elegir prefiero tres. Pero a veces no tenés los jugadores idóneos y tenés que adaptarte.
-¿Sos de hacer hincapié en pelota parada?
-Lo normal. Hago más hincapié en la posesión, en eso soy bastante exigente. Quiero que el jugador quiera la pelota, que cada uno tenga tres o cuatro opciones para elegir el pase y a partir de ahí, hilvanar el ataque. A la pelota parada hay que darle mucha importancia por lo cerrado que están los partidos. Pero pasa por una cuestión de actitud y concentración. La podés trabajar muchísimo durante la semana, pero si no tenés concentración durante el partido, no sirve.
-Alguna vez te declaraste admirador de Bielsa...
-Sí. Logró que el jugador que debe sacrificarse para plasmar su idea, se sienta reconfortado porque su rendimiento individual mejora muchísimo.
-Te dirigieron Valdano, Cappa y Van Gaal...
-Si bien son diferentes, tratan con sus ideas de que el jugador disfrute. La gente percibe cuando uno juega feliz, disfruta: así generalmente se obtienen buenos resultados.
-¿Tus equipos van a tener cosas de Bielsa y de Valdano, entonces?
-(Se ríe) Van a tener cosas mías. Hoy en día, en el fútbol, las variantes son todas muy conocidas, están todas inventadas, más allá del hecho de que yo haya podido coincidir con el pensamiento de algunos técnicos que tuve. En base a eso uno puede elegir una u otra. Y yo quiero que mis equipos tengan mi sello.
-¿Cuál es tu sello?
-Tener la posesión de la pelota y buscar permanentemente el arco contrario.
-La conclusión es que querés revancha...
-Por supuesto que quiero revancha. No sé cuando, pero estoy convencido de que van a surgir posibilidades y voy a poder desarrollar mi actividad.
-¿Por qué estás tan seguro de que vas a volver?
-Yo no he hecho nada en el fútbol argentino como para ser un revolucionario. Lo que sí me creo capaz es de llevar un grupo de jugadores de un equipo de fútbol a conseguir un logro. A partir de ahí cada uno podrá evaluar si está bien o mal lo que hago.
-Que no me llegaron propuestas convincentes. Tuve charlas con algunos presidentes y por diferentes motivos no se dio.
-¿En qué andás?
-En Santa Fe, esperando. Y viendo mucho fútbol.
-¿Tenés ganas de volver a dirigir?
-Sí. Uno se va metiendo de nuevo dentro del fútbol, va conociendo equipos y es un aliciente volver...
-¿Estás dispuesto a meterte en la selva?
-(Interrumpe) Para los que hemos estado no es tan dramático como para el entorno. Somos conscientes de este mundo, las presiones que hay. Entonces, la experiencia de haber sido jugador nos facilita esa absorción de la presión. Eso no significa que uno no esté constantemente expuesto. Pero sabemos que es parte del mundo que elegimos.
-Después de lo que te pasó en Colón, ¿podés creer en un proyecto a largo plazo?
-Sí. Hay algunos clubes que son consecuentes con la idea que le dicen a los entrenadores al contratarlos. Quizás no son de primer nivel. Las presiones que existen en el fútbol exigen resultados inmediatos. Incluso así hay algunos clubes que se manejan con estabilidad y después obtienen resultados. Es una cadena. El tema está en definir si lo aguanto porque tiene buenos resultados o si porque lo aguanté, obtuve buenos resultados.
-¿Quedaste manchado tras lo de Colón?
-Quizás para la gente que no es del fútbol puede incidir, pero no creo que la gente del fútbol lo valore demasiado... Si a todos los técnicos los han echado, van, vienen, les va bien un año, les va mal otro.
-¿Qué pasó?
-En Colón se equivocaron feo conmigo. Cuando me fueron a buscar me plantearon un proyecto, que el club cumplía 100 años, que se había formado un equipo importante... No tuvimos resultados los primeros partidos y una persona ajena a la CD pero que incidía mucho en las decisiones del club, dijo que nos teníamos que ir. Me llamó por teléfono un vocal para decidirme que no vaya a trabajar. Con el presidente no hablé. Colón no se merecía eso. De hecho, esos directivos ya se fueron.
-Esa persona "ajena" a la CD no era dirigente...
-No, en ese momento no.
-¿Quién era?
-José Vignatti. El decidió que no podía seguir.
-El presidente Darrás...
-(Interrumpe) Supuestamente Darrás era un títere manejado por Vignatti.
-Darrás se portó mal.
-No tuve posibilidades de hablar ni pretendo hacerlo. Me tiene sin cuidado.
-Sorprendió que duraras sólo tres partidos...
-Cosas del fútbol. Se lo deberías preguntar a los dirigentes. No podés trabajar en un lugar en el que no te quieren.
-¿Volviste a hablar con Vignatti?
-Nunca más hablé con los directivos de Colón.
-¿Pero no te sorprendió que te echara una persona que no era directivo?
-Sí, claro que me sorprendió, pero ¿que querés que haga? (levanta la voz) Si el club fue el que me dijo que no volviera a entrenar.
-¿Darrás te defraudó?
-No. No esperaba nada de él. No tiene capacidad para ser dirigente de fútbol.
-¿Y la barra?
-Yo no tenía relación.
-Luego de tu salida, Tombolini reconoció que le daba plata...
-Yo nunca tuve relación. Tenían bastante bien controlado ese tema. Nunca fueron al entrenamiento.
-Bueno, los jugadores los "controlaban" con plata.
-Yo no tenía relación con la barra.
-¿Volverías a Colón?
-Sé que voy a volver. Voy a la cancha, estoy bien con la gente... Estoy convencido de que voy a volver.
-¿Dirigirías a Central?
-Sí. Central me ha dado prácticamente todo lo que soy como futbolista.
-¿Estarías dispuesto a romper tu mito en Central con tal de dirigirlo?
-Con Central y Colón tengo una decisión que es ajena a mis pensamientos. Estoy obligado emocionalmente. Aunque sé que mi forma de ser conlleva un proyecto que no sé qué institución aceptaría llevar a cabo.
-¿A qué te referís?
-Si te propone que seas el entrenador y no te propone un proyecto y no te pone algunas garantías con el equipo que querés formar, es muy dificil que se den los objetivos. En mi vida personal soy una persona muy noble, actúo con muchísima transparencia en todos los ámbitos de la vida y no estoy desconfiando permanentemente.
-¿Y cómo jugarán los equipos de Pizzi?
-Se debe organizar el aspecto táctico de acuerdo a los planteles que puedas conformar. Si bien me gusta ser protagonista independientemente del equipo que dirija, a veces los planteles necesitan otro tipo de filosofía. Pero si me das la posibilidad, apuesto al protagonismo....
-Todo el mundo lo dice.
-Sí, pero ahora los esquemas tácticos, si bien no son decisivos, inciden mucho cuando hay paridad.
-¿Hoy se corre más de lo que se piensa?
-Sí. Lo llamativo es que jugadores más grandes y con menos despligue físico son figuras en sus equipos: Verón, Fuertes, Riquelme. Por el vértigo y la presión que se ejerce, a veces se necesita de un jugador que ponga la pausa, no futbolística, sino la física, jugar a un ritmo que le permita tener más precisión y que esos pases tengan como receptor a un jugador del mismo equipo. Hoy todos corren y presionan porque la pelota la tiene el rival.
-¿Tres o cuatro atrás?
-Si me das a elegir prefiero tres. Pero a veces no tenés los jugadores idóneos y tenés que adaptarte.
-¿Sos de hacer hincapié en pelota parada?
-Lo normal. Hago más hincapié en la posesión, en eso soy bastante exigente. Quiero que el jugador quiera la pelota, que cada uno tenga tres o cuatro opciones para elegir el pase y a partir de ahí, hilvanar el ataque. A la pelota parada hay que darle mucha importancia por lo cerrado que están los partidos. Pero pasa por una cuestión de actitud y concentración. La podés trabajar muchísimo durante la semana, pero si no tenés concentración durante el partido, no sirve.
-Alguna vez te declaraste admirador de Bielsa...
-Sí. Logró que el jugador que debe sacrificarse para plasmar su idea, se sienta reconfortado porque su rendimiento individual mejora muchísimo.
-Te dirigieron Valdano, Cappa y Van Gaal...
-Si bien son diferentes, tratan con sus ideas de que el jugador disfrute. La gente percibe cuando uno juega feliz, disfruta: así generalmente se obtienen buenos resultados.
-¿Tus equipos van a tener cosas de Bielsa y de Valdano, entonces?
-(Se ríe) Van a tener cosas mías. Hoy en día, en el fútbol, las variantes son todas muy conocidas, están todas inventadas, más allá del hecho de que yo haya podido coincidir con el pensamiento de algunos técnicos que tuve. En base a eso uno puede elegir una u otra. Y yo quiero que mis equipos tengan mi sello.
-¿Cuál es tu sello?
-Tener la posesión de la pelota y buscar permanentemente el arco contrario.
-La conclusión es que querés revancha...
-Por supuesto que quiero revancha. No sé cuando, pero estoy convencido de que van a surgir posibilidades y voy a poder desarrollar mi actividad.
-¿Por qué estás tan seguro de que vas a volver?
-Yo no he hecho nada en el fútbol argentino como para ser un revolucionario. Lo que sí me creo capaz es de llevar un grupo de jugadores de un equipo de fútbol a conseguir un logro. A partir de ahí cada uno podrá evaluar si está bien o mal lo que hago.
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