Está y no está. Tiene la cabeza allá pero el corazón acá. Por eso, cada una de sus palabras cuenta con un peso especial. Más si cuenta cómo están las negociaciones para poder volver a River. Más si confiesa su dolor por la pobre campaña que el equipo viene realizando en el Apertura, lo que le quedó por decirle a Simeone, lo que sufre a la distancia. Y todavía más si Ariel Arnaldo Ortega habla de Néstor Raúl Gorosito.
"Tengo un gran cariño por él. Cuando yo no estaba jugando, y él era el entrenador de Chicago, se ha portado muy bien conmigo, invitándome a entrenar con ellos. Fue un muy lindo gesto. Se lo agradecí y siempre lo voy a hacer". Y aunque ahí nomás aclaró que "no lo conozco como técnico porque no lo tuve", casi que se puso la camiseta y recomendó cómo deberían tratar a ¿su futuro DT? "Simplemente hay que apoyarlo y esperar que le vaya bien, como le fue hasta ahora".
Relajado e ilusionado, no hay dudas de que al Burrito le encanta la idea de pegar la vuelta a Núñez antes de junio, cuando vence el préstamo que firmó con Independiente Rivadavia. Y también el ser dirigido por Pipo, quien como contó el jujeño en Estudio Fútbol, en marzo del 2003 le abrió las puertas del club de Mataderos mientras el 10 esperaba que se solucionaran los problemas con el Fenerbahce de Turquía.
Pero claro, por ahora, no quiere pasarse de rosca. "Más allá de que parezca que me pongo el cassette, la realidad es que hoy tengo contrato con Independiente y que no depende de mí el volver o no a River. ¿De quién depende? De Aguilar y de Vila, porque ellos deciden", afirmó. Y tan grande es su cuidado que cuando le preguntaron si desde Núñez ya se comunicaron con él, lo negó aunque el mismísimo presidente de River haya marcado su número para confirmarle que ya comenzó a moverse. Una postura exactamente igual a la que mantuvo Vila: "Con nosotros no se comunicó nadie de River. Si lo hacen, por supuesto nos sentaremos a hablar ya que tenemos una excelente relación con sus dirigentes", dijo el presidente del club mendocino.
De todas maneras, el sueño está en pie. Y Ortega, puertas para adentro, lo vive a full. Es más, en Mendoza creen que el triunfo frente a San Martín de San Juan, el 28 de noviembre, fue el último partido que jugó con la camiseta de la Lepra. Porque más allá de que ayer se entrenó junto con sus compañeros pensando en el choque del próximo jueves contra Atlético Rafaela, la contractura que sufrió justo frente a los sanjuaninos lo dejaría sin fútbol hasta el año que viene... ¿O hasta el 5 de enero, cuando arranque la pretemporada de River?
Por las dudas, hasta no tener todo cerrado, el Burrito aclaró que "se dicen un montón de cosas de las que trato de mantenerme al margen por respeto a Independiente". Pero la cautela quedó a un lado al dejarlo hablar y contar qué es lo que siente cuando se le cruza la banda. "Todos saben lo que significa River para mí. Jugar en River es lo máximo", explicó. Y por eso no disimuló nada al consultarlo qué había cambiado para que hoy quiera volver. "Y, que ahora no está Simeone, ja, ja. Ahora es distinto. Si me llaman, se van a enterar. Nunca escondí nada. Así que por ahora, hay que esperar". Y parece que no mucho.
"Tengo un gran cariño por él. Cuando yo no estaba jugando, y él era el entrenador de Chicago, se ha portado muy bien conmigo, invitándome a entrenar con ellos. Fue un muy lindo gesto. Se lo agradecí y siempre lo voy a hacer". Y aunque ahí nomás aclaró que "no lo conozco como técnico porque no lo tuve", casi que se puso la camiseta y recomendó cómo deberían tratar a ¿su futuro DT? "Simplemente hay que apoyarlo y esperar que le vaya bien, como le fue hasta ahora".
Relajado e ilusionado, no hay dudas de que al Burrito le encanta la idea de pegar la vuelta a Núñez antes de junio, cuando vence el préstamo que firmó con Independiente Rivadavia. Y también el ser dirigido por Pipo, quien como contó el jujeño en Estudio Fútbol, en marzo del 2003 le abrió las puertas del club de Mataderos mientras el 10 esperaba que se solucionaran los problemas con el Fenerbahce de Turquía.
Pero claro, por ahora, no quiere pasarse de rosca. "Más allá de que parezca que me pongo el cassette, la realidad es que hoy tengo contrato con Independiente y que no depende de mí el volver o no a River. ¿De quién depende? De Aguilar y de Vila, porque ellos deciden", afirmó. Y tan grande es su cuidado que cuando le preguntaron si desde Núñez ya se comunicaron con él, lo negó aunque el mismísimo presidente de River haya marcado su número para confirmarle que ya comenzó a moverse. Una postura exactamente igual a la que mantuvo Vila: "Con nosotros no se comunicó nadie de River. Si lo hacen, por supuesto nos sentaremos a hablar ya que tenemos una excelente relación con sus dirigentes", dijo el presidente del club mendocino.
De todas maneras, el sueño está en pie. Y Ortega, puertas para adentro, lo vive a full. Es más, en Mendoza creen que el triunfo frente a San Martín de San Juan, el 28 de noviembre, fue el último partido que jugó con la camiseta de la Lepra. Porque más allá de que ayer se entrenó junto con sus compañeros pensando en el choque del próximo jueves contra Atlético Rafaela, la contractura que sufrió justo frente a los sanjuaninos lo dejaría sin fútbol hasta el año que viene... ¿O hasta el 5 de enero, cuando arranque la pretemporada de River?
Por las dudas, hasta no tener todo cerrado, el Burrito aclaró que "se dicen un montón de cosas de las que trato de mantenerme al margen por respeto a Independiente". Pero la cautela quedó a un lado al dejarlo hablar y contar qué es lo que siente cuando se le cruza la banda. "Todos saben lo que significa River para mí. Jugar en River es lo máximo", explicó. Y por eso no disimuló nada al consultarlo qué había cambiado para que hoy quiera volver. "Y, que ahora no está Simeone, ja, ja. Ahora es distinto. Si me llaman, se van a enterar. Nunca escondí nada. Así que por ahora, hay que esperar". Y parece que no mucho.
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