La confitería El Cañón, en Caballito, se ofrece como búnker para Pablo Barrientos. El día después es ajetreado, máxime considerando que en realidad es la primera jornada de la que podría ser la semana previa a otro campeonato para su San Lorenzo querido. Es eso lo que tiene cascoteado al Pitu, las emociones que sacuden el alma de Boedo desde el martes pasado, cuando la goleada a Huracán, sin él en cancha, revivió al equipo que fuera protagonista excluyente del Apertura hasta la 11ª fecha, en la que la derrota ante Racing hizo tambalear al imperio del buen juego. Pero el Ciclón está de vuelta, guiado, ya sea por izquierda o por derecha, por el hombre ideal para llevar esa casaca 10 tan pesada, tanto por pasado en el rol de conductor como por actualidad. Por eso, aunque los hinchas de San Lorenzo no lo ovacionen como a Gastón Aguirre, el Pitu se sacude el cansancio y los aplausos que todavía le retumban cerca del corazón. Esas palmas batidas que atronaron luego de sus dos goles a Independiente y también en las tantas veces que raspó rivales tirándose al piso para recuperar la pelota. Otra vez en su cuna futbolística, Barrientos se aferra, entonces, a los mimos de su gente, mientras se despabila tomando un café cortado junto a Olé. "La verdad es que fui muy feliz con el reconocimiento de la gente. Dentro de la cancha uno va sintiendo si hay fastidio o buena onda. Cuando decidí volver a San Lorenzo, en parte fue para revertir todo lo que me había pasado antes. Por eso es tremendo escuchar los aplausos", reconoce.
-Después de lo mal que te habías ido y de este buen momento, ¿sentís que hubo una reconciliación con la gente?
-Tampoco era para tanto, pero bueno... Algo hubo, pero ahora creo que ya pasó, los hinchas y yo sabemos lo que siento por el club. Mejor no acordarse de lo pasado...
-Pero este lunes debe ser distinto de otros...
-Está bueno levantarse cansado, pero con la tranquilidad de haber hecho las cosas bien. Igual, lo más importante es que somos los punteros y que todo depende de nosotros. Pero estamos muy tranquilos, sabiendo que en la fecha final no tenemos margen de error: hay que ganar como sea.
-¿Como le ganaron a Indepediente?
-Je, ojalá.
-¿Tan convencidos estaban como para golear en dos clásicos seguidos?
-La goleada a Huracán nos ayudó a recuperar confianza. Y el domingo nos jugó a favor saber del empate de Boca antes de salir a jugar. Uno piensa mucho, y con otro resultado por ahí hubiéramos salido de otra manera. Eso pesa bastante en lo psicológico: sabíamos que no podíamos dejar pasar la oportunidad.
-A vos te tocó uno y uno, ¿te tomaste una especie de revancha contra el Rojo por no haber estado ante Huracán?
-Y... Ya está, quedó atrás, pero me dolió perdérmelo. Lo viví con unos nervios tremendos, no sabía qué hacer, después del 2-1 ya me relajé.
-¿Y tu hermano te pagó la ropa que apostaron?
-Ja, ja, todavía no. Tiene que pagar. Vamos a juntarnos a cenar y lo voy a hacer acordar...
Hace un alto, Barrientos. Ojea los diarios. Se ve gritando alguno de sus goles aquí y allá. Se sorprende. "Es que uno nunca espera tener tanta trascendencia", explica, modesto. Y pone primera de nuevo, como si estuviera encarando a Lucas Mareque. "Creo que goleamos porque jugamos el mejor partido del campeonato. Fuimos muy verticales y aprovechamos varias de las chances de gol que creamos", analiza el 4-1 que le devolvió la punta a un San Lorenzo al que muchos ya habían descartado de la lucha por el título. "Lo que pasó es que tuvimos el clásico con Racing, en el que no nos salieron las cosas y empezaron algunas dudas, pero les pasa a todos los equipos. Es difícil mantener un buen nivel a lo largo de todo un campeonato.
-Pero el nivel guiado por tu gran partido. ¿Vas a pedir volver a jugar por la derecha?
-Nooo. Eso lo decide Miguel y nosotros lo respetamos. Pero para mí no fue novedoso porque en Rusia jugué un año entero en esa posición y sabía que me iba a sentir cómodo. Sólo cambia el perfil, pero uno se va acomodando y me gusta jugar por ese costado.
-Volviste vos y volvió el equipo del que habló todo el país.
-Recuperamos el nivel justo cuando lo necesitábamos. Menos mal.
-¿Y por qué habían bajado el rendimiento?
-Fue un bajón futbolístico, nada más. Y cuando no se da el resultado por ahí aparecen algunos fantasmas.
-Mayoritariamente se opinaba que San Lorenzo era el mejor equipo antes de ese bajón, ¿ahora cómo lo ves?
-Somos el mejor equipo. Pero hay que seguir demostrándolo y si somos campeones nos van a dar la razón sin dudarlo.
-¿Y creés que pueden ser campeones?
-Tenemos la esperanza. Claro que podemos.
-¿Descartás el triple empate en la punta?
-Va a ser difícil que no haya desempate, aunque nosotros vamos a pelear hasta lo último.
-El hecho de que visiten a Argentinos los deja como el que tiene el rival más complicado, ¿lo sienten así?
-Argentinos es complicado pero Boca juega contra colón, que es un equipo duro; y Tigre con Banfield, que necesita los puntos. Los tres tenemos partidos muy difíciles.
-¿Y qué te generan las suspicacias, como que Mohamed no permitiría que su equipo les facilite las cosas a ustedes?
-No existe eso. El Turco es un profesional que tiene los valores bien marcados: va a entrar a la cancha a ganar. Cuando rueda la pelota, todo eso se olvida.
-Después de lo mal que te habías ido y de este buen momento, ¿sentís que hubo una reconciliación con la gente?
-Tampoco era para tanto, pero bueno... Algo hubo, pero ahora creo que ya pasó, los hinchas y yo sabemos lo que siento por el club. Mejor no acordarse de lo pasado...
-Pero este lunes debe ser distinto de otros...
-Está bueno levantarse cansado, pero con la tranquilidad de haber hecho las cosas bien. Igual, lo más importante es que somos los punteros y que todo depende de nosotros. Pero estamos muy tranquilos, sabiendo que en la fecha final no tenemos margen de error: hay que ganar como sea.
-¿Como le ganaron a Indepediente?
-Je, ojalá.
-¿Tan convencidos estaban como para golear en dos clásicos seguidos?
-La goleada a Huracán nos ayudó a recuperar confianza. Y el domingo nos jugó a favor saber del empate de Boca antes de salir a jugar. Uno piensa mucho, y con otro resultado por ahí hubiéramos salido de otra manera. Eso pesa bastante en lo psicológico: sabíamos que no podíamos dejar pasar la oportunidad.
-A vos te tocó uno y uno, ¿te tomaste una especie de revancha contra el Rojo por no haber estado ante Huracán?
-Y... Ya está, quedó atrás, pero me dolió perdérmelo. Lo viví con unos nervios tremendos, no sabía qué hacer, después del 2-1 ya me relajé.
-¿Y tu hermano te pagó la ropa que apostaron?
-Ja, ja, todavía no. Tiene que pagar. Vamos a juntarnos a cenar y lo voy a hacer acordar...
Hace un alto, Barrientos. Ojea los diarios. Se ve gritando alguno de sus goles aquí y allá. Se sorprende. "Es que uno nunca espera tener tanta trascendencia", explica, modesto. Y pone primera de nuevo, como si estuviera encarando a Lucas Mareque. "Creo que goleamos porque jugamos el mejor partido del campeonato. Fuimos muy verticales y aprovechamos varias de las chances de gol que creamos", analiza el 4-1 que le devolvió la punta a un San Lorenzo al que muchos ya habían descartado de la lucha por el título. "Lo que pasó es que tuvimos el clásico con Racing, en el que no nos salieron las cosas y empezaron algunas dudas, pero les pasa a todos los equipos. Es difícil mantener un buen nivel a lo largo de todo un campeonato.
-Pero el nivel guiado por tu gran partido. ¿Vas a pedir volver a jugar por la derecha?
-Nooo. Eso lo decide Miguel y nosotros lo respetamos. Pero para mí no fue novedoso porque en Rusia jugué un año entero en esa posición y sabía que me iba a sentir cómodo. Sólo cambia el perfil, pero uno se va acomodando y me gusta jugar por ese costado.
-Volviste vos y volvió el equipo del que habló todo el país.
-Recuperamos el nivel justo cuando lo necesitábamos. Menos mal.
-¿Y por qué habían bajado el rendimiento?
-Fue un bajón futbolístico, nada más. Y cuando no se da el resultado por ahí aparecen algunos fantasmas.
-Mayoritariamente se opinaba que San Lorenzo era el mejor equipo antes de ese bajón, ¿ahora cómo lo ves?
-Somos el mejor equipo. Pero hay que seguir demostrándolo y si somos campeones nos van a dar la razón sin dudarlo.
-¿Y creés que pueden ser campeones?
-Tenemos la esperanza. Claro que podemos.
-¿Descartás el triple empate en la punta?
-Va a ser difícil que no haya desempate, aunque nosotros vamos a pelear hasta lo último.
-El hecho de que visiten a Argentinos los deja como el que tiene el rival más complicado, ¿lo sienten así?
-Argentinos es complicado pero Boca juega contra colón, que es un equipo duro; y Tigre con Banfield, que necesita los puntos. Los tres tenemos partidos muy difíciles.
-¿Y qué te generan las suspicacias, como que Mohamed no permitiría que su equipo les facilite las cosas a ustedes?
-No existe eso. El Turco es un profesional que tiene los valores bien marcados: va a entrar a la cancha a ganar. Cuando rueda la pelota, todo eso se olvida.
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