Es verdad que viene? ¿Pero cómo va a venir con el lío que hubo ayer? Te digo que sí, que viene, se lo había prometido a Bilardo... De repente, la tarde marplatense se revolucionó. Sí, La Feliz, que ya parecía convulsionada por los Juegos Deportivos de Buenos Aires, recibió a Diego Maradona, el técnico de la Selección, a horas nomás de su amague de renuncia.
"Nunca renuncié a la Selección", fue la sentencia que dejó el Diez cuando el asedio de la prensa le puso un stop a su raid. Que incluyó la visita al Polideportivo donde se jugará la final de la Davis, un intento de acceso a la pista de atletismo (se bajó del auto pero por la multitud que se había agolpado tuvo que pegar la vuelta), un cafecito a las apuradas en el Hotel 15 de Diciembre, del Sindicato de Camioneros, y por último la visita al CEF número 1, donde entregó unas medallas a chicos con capacidades diferentes antes de subirse al avión de línea que lo llevó de regreso a Buenos Aires.
Esa frase, la de un Maradona mostrándose en público tras el agitado miércoles en el que su opción había sido el ostracismo, buscaba demostrar firmeza. Es más, Diego reforzaba su idea sentenciando que estaba en la Selección "por los jugadores y no por otra cosa". Pero los dichos del Diez no pueden tomarse como desmentida. Porque es verdad que por unas horas pensó en largar todo, porque es cierto que anteayer se levantó de su meeting con Bilardo y que lo dejó con el video de un partido de Escocia que estaban analizando para rajar con el ultimátum en puerta.
Ocurrió que mientras Julio Grondona se ocupaba de hablar de la cara del cabezón Ruggeri, el entorno del Diego puso en marcha el "operativo enfriamiento". Hasta hubo un llamado de Gianinna desde Madrid para que Maradona lo pensara dos veces antes de tomar una determinación en caliente. La menor de las herederas es de las pocas personas que le canta las cuarenta al Diez. Y le hizo ver lo mal parado que hubiera quedado en caso de pegar el portazo. Y ya avanzada la noche del miércoles, tras festejar el cumpleaños de Don Diego, Maradona recibió señales que lo tranquilizaron, como la confirmación de que Mancuso estaba arriba del avión rumbo a Glasgow. Además, Bilardo le garantizó que lo de Ruggeri no es tema cerrado.
"Seguimos como siempre", explicó el DT ayer en Mardel.
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