Qué sacude más a una Bombonera vestida de dolor? 'Que se trata del gol que pone al equipo en la punta del campeonato? 'O que quien lo mete es justo él, Riquelme, el hombre que Pompilio hubiese elegido que lo hiciera? No parece, en definitiva, un gol de Román. Parece uno de todos. Ahí están ellos. Y ahí está él. Ese mismo lugar en el que nació el festejo del Topo Gigio (aquella vez a modo de protesta contra Macri), es ahora el centro de la emoción. JR levanta su brazos frente al palco presidencial y ofrece su corazón herido. Y también su camiseta, una que está debajo de la azul y oro "Gracias por todo, Pedro", dice. A ese homenaje convoca a sus compañeros y juntos ofrecen un abrazo simbólico para el presidente que se fue sin aviso, pero que seguramente está ahí, con su mujer Norma, con su hija Natalia, con su hijo Leandro, quienes viven desde el palco la mejor dedicatoria que el equipo podía entregarles.
Ese gesto, ese gol, ese primer tiempo de campeón, acaso resuman el espíritu de este Boca, un equipo que parece unirse como ninguno en la angustia y en la adversidad. Con la Recopa se repuso al golpe emocional que significó la grave lesión de Palermo. Con la victoria en el superclásico le escapó a su crisis de grupo. Con este 1-0 en un choque con olor a final, combatió su drama mayor, su pesar, el fallecimiento de un hombre que era un cercano referente para los más grandes y casi un padre para los más chicos. Un plantel que ahora parece decidido a cumplir la promesa del título. "El mejor homenaje hubiese sido que Pedro esté acá. Pero no lo tenemos. Al menos le pudimos dedicar este triunfo. Y ojalá que cada domingo seamos capaces de darle una alegría a su familia", aseguró Riquelme.
Sólo la fortaleza y el impulso que Boca logró sacar en su semana más difícil fue capaz de devolverle a la Bombonera un clima de alegría en el final. La previa a este triunfo que lo puso en la punta con San Lorenzo y Tigre no tuvo sonrisas. Ni show. No hubo música ni porristas. Cacho Laudonio no anunció con su tradicional bandera la salida del equipo y el equipo, con brazalete negro, no saltó a la cancha con sus chicos-mascotas, como es costumbre. Hubo banderas a media asta y las demás, las de los hinchas, se vieron del lado del revés. Sólo las que hacían referencia a Pompilio y a las agrupaciones que lo apoyaron como presidente le mostraban su cara al público Y algunas lucían una cinta negra.
Así, en ese marco, con el "se siente, se siente, Pedro está presente" y el "Pedro, querido, la Doce está contigo", Boca jugó un partido en el que también conmovió con su juego (sobre todo en el primer tiempo). Por eso el final puso otra vez a todos frente a la emoción. Mientras los jugadores se saludaban por el 1-0, Leandro, el hijo de Pompilio, entró a la cancha para agradecerles la victoria. El abrazo con Ischia, interminable y conmovedor, fue el primero de muchos otros. El último se lo dio con Román, el abanderado de esta historia, el jugador que en la última despedida del presidente le regaló su camiseta a la familia, esa N°10 que ayer le volvió a dar a su hijo. Así, juntos, unidos en el dolor, se fueron por el túnel. El tributo se había cumplido. Un abrazo grande, Pedro.
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