Una por mes. Una mala noticia. El calendario de lesiones importantes (porque de las otras también hubo) arrancó en julio, antes de la pretemporada, con la mala noticia de la pubialgia que aún hoy sigue marginando a Rodrigo Palacio. En agosto, el que se bajó del barco fue Martín Palermo, con su rotura de los ligamentos cruzado y lateral de la rodilla derecha. En septiembre, le tocó otra vez el turno a un histórico: Hugo Ibarra se desgarró y estuvo más de un mes out. Hace muy poquito, a fines de octubre, el que sufrió una lesión muscular fue el otro lateral, Morel Rodríguez, que tampoco está para volver a las canchas. Noviembre arrancó mal también, no fue la excepción. A pesar de las dos victorias en el torneo durante los 12 días que pasaron del mes y de la punta del campeonato, ahora hay otro soldado malherido en plena batalla. Ayer, Gabriel Paletta trajo las malas noticias desde el TcBA: inesperado, rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Uno más al consultorio. Uno menos para Ischia.
Antes de que se hicieran las doce del mediodía, el rostro del ex Banfield no daba muestras de consternación. Parecía, más que nada, incrédulo. Quizá no terminaba de creer lo que las imágenes que trajo en sus manos dejaban en claro: una lesión que lo parará al menos por seis meses (aunque dependerá de la rehabilitación). El mismo gesto de incertidumbre tenían en el rostro los médicos del club: una mueca de sorpresa por un diagnóstico impensado y, más que nada, indeseado. Impensado porque no había síntomas que predijeran semejante resultado: al defensor le molestaba la zona, pero no estaba inflamada ni tenía líquido acumulado y ni tampoco demasiado dolor. Más por prevención que por preocupación, lo mandaron a realizarse los estudios de rutina, que llegaron a Casa Amarilla con las peores noticias dentro de un sobre. Un rato más tarde, cuando Gaby ya supo con certeza que su lesión lo despedirá por un buen tiempo de las canchas, fue el tiempo de la procesión interna: se fue en silencio, sin firmar autógrafos ni hablar con nadie. Y se fue manejando su auto. Tardará un tiempo, seguramente, en superar el shock. El tiempo suficiente como para ponerle fecha a la cirugía (sería mañana, a cargo de Jorge Batista) y también al inicio de la rehabilitación.
¿Cómo se lesionó? El sábado, el jugador había sentido una mínima molestia. El domingo se levantó sin problemas y jugó los 90' sin muestras de dolor ni malestar. Es más: fue el más sólido de la defensa de tres. Pero ayer, luego del día libre, se presentó al entrenamiento con una pequeña molestia. "Todo hacía pensar que se trataba sólo de un esguince, aunque en ningún momento había sufrido un golpe como para pensar siquiera en esa posibilidad. Ni él sabe cuándo es que se lesionó ni cómo", dicen. "Está claro que si él hubiese manifestado que no estaba bien, no se le hubiese permitido jugar. Pero médicamente estaba bien y el defensor dio el ok", aseguran. El doctor Ortega Gallo comentó que "no sabemos si la lesión se produjo en una jugada o en qué momento. Por precaución hicimos análisis. Cuando nos llamó el doctor que hizo los estudios, nos costó creerle, pero luego al ver todos los exámenes comprobamos esta grave lesión, que nos sorprendió",
Así, entonces, cuando en Boca sonreían porque Palermo ya comenzó a correr; porque Ibarra (se quedó afuera por cuatro partidos y luego fue expulsado en el Súper) ya está a pleno; porque a Morel Rodríguez le queda sólo una semana para estar 10 puntos de la distensión en el aductor izquierdo y porque Rodrigo podría volver, esta mala noticia otra vez trae malas caras. Es una lesión que no tiene que ver con la seguidilla.
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