Esta excursión a Brasil en pleno octubre le da un toque más de rareza a su carrera. El peladito de ojos claros, gorra negra con banderita italiana a un costado, nueve de área que alguna vez supo estar en la Selección, anda como un pibe a los 27 años. "Vos sabés las ganas que tengo de jugar... Algunos dicen 'es la Sudamericana', no le dan tanta importancia, pero para mí no. Es una Copa, eh", es la voz que le sale de adentro a Luciano Figueroa. "Ojalá que pueda estar, y haga o no goles, que me vaya bien, que demuestre", agrega.
Este viaje lo vive con adrenalina (la misma que muchos chicos de este grupo), pendiente de cada comentario que escuchaba sobre su presencia (o no), sobre lo que decía el técnico, sobre sus chances de por fin salir a una cancha. Ya sea cuando se levantó en su concentración-casa del Intercontinental, cuando caminó por el Duty Free de Ezeiza, cuando hizo cola con paciencia en el aeropuerto de Porto Alegre, cuando ya de nochecita se subió al micro para ir a practicar... y hasta en el propio entrenamiento en el Beira Río. "Uno siente ansiedad, pero sé que debo estar tranquilo para que eso no se me transforme en nervios", remarca el refuerzo relámpago de Boca que el último domingo vivió su primera emoción, aunque desde afuera.
-El domingo fuiste por primera vez al banco y se te vio festejar como si hubieses ganado.
-Seguro. Uno está en este grupo y con muchas ganas de que Boca gane. Y me puse muy contento por más que no haya jugado, lo festejé como si hubiese estado por cómo se consiguió, porque lo hicimos con uno menos.
-'Pensaste que ibas a debutar con River?
-Por momentos me imaginé que entraba, sentía como que se podía dar. Cuando vino la roja de Ibarra ya se complicó y con el gol de Viatri se hizo imposible, aunque me puse muy contento por el triunfo.
-'Qué sentís hoy al poder viajar con el equipo, estar acá, jugar una Copa después de tanto tiempo parado?
-Y... di un paso adelante, seguro. Me estoy metiendo en el grupo, mi adaptación es bastante rápida. De a poquito en los entrenamientos me voy sacando la timidez...
-'Y con esta chance de por fin debutar?
-Es un momento especial, un momento lindo para jugar. Ojalá que me toque estar y pueda demostrar. La verdad, es como si fuera mi primera vez en Primera. Estoy en un equipo muy grande, hay que pelear todo, me gustaría por fin arrancar. Es rara mi situación, debutar en octubre, en Boca; yo me siento bien, en los entrenamientos anduve bien, todos los trabajos los hice sin problemas. Ahora me tengo que ver en un partido y sacar conclusiones. Por ahora, todo perfecto.
La especialidad de la casa es el cabezazo, está claro. También Lucho hace goles de derecha, ese pierna en la que lleva tatuado el piecito de su hijita de dos años. "Me lo hice en Italia. Y tengo otro en un brazo, la cara de mi hermano que falleció hace mucho", cuenta con orgullo el 9 que espera jugar por primera vez en Boca y en Brasil: "Mirá que estuve en la Selección, en Villarreal, en Genova y acá nunca me tocó venir en mi vida. En River sólo fui a Bolivia y a Paraguay, hasta que me rompí". Cada vez que en el ida y vuelta dice la palabra 'ojalá', no lo hace como un formulismo sino con un tono de plegaria, como pidiéndole una manito al destino tras cinco meses sin jugar oficialmente.
-'Es más difícil jugar en un equipo con poco rodaje, como el de hoy?
-Es lo que hay. Suele pasar y hay que aprovechar las chances.
-'Y ya se piensa en una semifinal con River, que se puede dar?
-Te lo imaginás porque estamos los dos con chances, a una ronda. Me encantaría, ganarle una semifinal sería espectacular. A mí me gustaría jugarla y ganarla. Sé que ya se consiguieron los dos clásicos del año y que si no hay más, terminás ganador. Pero si los eliminás, sería impagable... Yo te digo lo que pienso como jugador, alguno quizá piense distinto.
-Tu llegada no fue fácil y más porque no te pidió Ischia sino que fue una apuesta dirigencial. 'Hablaste de eso con él?
-No hablé mano a mano con él, no lo charlé. Hay opiniones, él estaba en su derecho a pensar lo que quisiera, aunque yo no escuché nada. Hoy me toca romperme el alma para hacerlo cambiar de parecer. A mí nunca me fue fácil en los lugares donde estuve.
-'Te sorprendería no debutar hoy?
-Un poco me sorprendería, aunque siempre voy a apoyar. Al menos que me toque jugar unos minutos...
-Ischia dijo que te iba a preguntar cómo te sentías para arrancar.
-Ja, ja. Bien, muy bien para jugar. Es lo que espero.
Este viaje lo vive con adrenalina (la misma que muchos chicos de este grupo), pendiente de cada comentario que escuchaba sobre su presencia (o no), sobre lo que decía el técnico, sobre sus chances de por fin salir a una cancha. Ya sea cuando se levantó en su concentración-casa del Intercontinental, cuando caminó por el Duty Free de Ezeiza, cuando hizo cola con paciencia en el aeropuerto de Porto Alegre, cuando ya de nochecita se subió al micro para ir a practicar... y hasta en el propio entrenamiento en el Beira Río. "Uno siente ansiedad, pero sé que debo estar tranquilo para que eso no se me transforme en nervios", remarca el refuerzo relámpago de Boca que el último domingo vivió su primera emoción, aunque desde afuera.
-El domingo fuiste por primera vez al banco y se te vio festejar como si hubieses ganado.
-Seguro. Uno está en este grupo y con muchas ganas de que Boca gane. Y me puse muy contento por más que no haya jugado, lo festejé como si hubiese estado por cómo se consiguió, porque lo hicimos con uno menos.
-'Pensaste que ibas a debutar con River?
-Por momentos me imaginé que entraba, sentía como que se podía dar. Cuando vino la roja de Ibarra ya se complicó y con el gol de Viatri se hizo imposible, aunque me puse muy contento por el triunfo.
-'Qué sentís hoy al poder viajar con el equipo, estar acá, jugar una Copa después de tanto tiempo parado?
-Y... di un paso adelante, seguro. Me estoy metiendo en el grupo, mi adaptación es bastante rápida. De a poquito en los entrenamientos me voy sacando la timidez...
-'Y con esta chance de por fin debutar?
-Es un momento especial, un momento lindo para jugar. Ojalá que me toque estar y pueda demostrar. La verdad, es como si fuera mi primera vez en Primera. Estoy en un equipo muy grande, hay que pelear todo, me gustaría por fin arrancar. Es rara mi situación, debutar en octubre, en Boca; yo me siento bien, en los entrenamientos anduve bien, todos los trabajos los hice sin problemas. Ahora me tengo que ver en un partido y sacar conclusiones. Por ahora, todo perfecto.
La especialidad de la casa es el cabezazo, está claro. También Lucho hace goles de derecha, ese pierna en la que lleva tatuado el piecito de su hijita de dos años. "Me lo hice en Italia. Y tengo otro en un brazo, la cara de mi hermano que falleció hace mucho", cuenta con orgullo el 9 que espera jugar por primera vez en Boca y en Brasil: "Mirá que estuve en la Selección, en Villarreal, en Genova y acá nunca me tocó venir en mi vida. En River sólo fui a Bolivia y a Paraguay, hasta que me rompí". Cada vez que en el ida y vuelta dice la palabra 'ojalá', no lo hace como un formulismo sino con un tono de plegaria, como pidiéndole una manito al destino tras cinco meses sin jugar oficialmente.
-'Es más difícil jugar en un equipo con poco rodaje, como el de hoy?
-Es lo que hay. Suele pasar y hay que aprovechar las chances.
-'Y ya se piensa en una semifinal con River, que se puede dar?
-Te lo imaginás porque estamos los dos con chances, a una ronda. Me encantaría, ganarle una semifinal sería espectacular. A mí me gustaría jugarla y ganarla. Sé que ya se consiguieron los dos clásicos del año y que si no hay más, terminás ganador. Pero si los eliminás, sería impagable... Yo te digo lo que pienso como jugador, alguno quizá piense distinto.
-Tu llegada no fue fácil y más porque no te pidió Ischia sino que fue una apuesta dirigencial. 'Hablaste de eso con él?
-No hablé mano a mano con él, no lo charlé. Hay opiniones, él estaba en su derecho a pensar lo que quisiera, aunque yo no escuché nada. Hoy me toca romperme el alma para hacerlo cambiar de parecer. A mí nunca me fue fácil en los lugares donde estuve.
-'Te sorprendería no debutar hoy?
-Un poco me sorprendería, aunque siempre voy a apoyar. Al menos que me toque jugar unos minutos...
-Ischia dijo que te iba a preguntar cómo te sentías para arrancar.
-Ja, ja. Bien, muy bien para jugar. Es lo que espero.
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