Una voz conocida, a través del teléfono, le interrumpió el almuerzo con su novia, Verónica, para avisarle que a las 14, en Puerto Madero, lo esperaba Julio Grondona. Y no precisamente para hablar de cómo anda la ferretería de Sarandí. "Eran las 12, había llegado un rato antes de Georgia. Así que me bañé y salí para allá. Imaginate que para mí, que vivo en Ezeiza, era un viaje. Como ir a Santiago del Estero...", comparó Diego Armando Maradona, el más grande de todos los tiempos, Maradó, el de la zurda inmortal, el que vale diez palos verdes, el de la 10 celeste y blanca y, desde ahora,... el nuevo técnico de la Selección. Pese al silenzio stampa de don Julio, es un hecho: el Diez ocupará el cargo de Basile. Tan decisiva fue la reunión que mantuvo con el Jefe de la AFA y con el futuro manager, Carlos Bilardo, que su sensación no deja dudas: "'Cómo me siento hoy, después de esto? Como los días en que nacieron mis dos hijas".
Mañana, justo el día de su cumpleaños 48, seguramente se hará oficial lo que se terminó de cocinar ayer. "Igual, no abramos el regalo antes de tiempo. Pero seguro que va a ser el mejor regalo que pueda tener en un cumpleaños", afirmó, siempre al borde del offside discursivo, entre la cautela y la euforia.
Se le cruzó, en el largo camino de ida, que todo podía ser una broma. Que no era cierto que Grondona lo había llamado para abrirle las puertas de la Selección, tantas veces golpeadas por él y sin respuesta del otro lado. Más dudó cuando se enteró de que, en dicha reunión, iba a estar presente Bilardo, quien últimamente se distanció de don Julio. "La verdad es que pensé que había algo mal. Dije ''me estarán haciendo una cámara oculta?'. Creí que era una joda de Tinelli. Pero al llegar, Julio me aclaró que estaba todo bien con Carlos y ahí me quedé tranquilo".
-'Ya está? 'Sos el nuevo técnico de la Selección?
-No, todavía hay cosas por resolver. Esta fue la primera reunión. Con Bilardo hace mucho que no nos veíamos, por ejemplo. Tengo que reunirme con el Checho y con el Tata. Esto recién empieza.
-'Por qué te habrán ofrecido el cargo ahora?
-Hay que ser justos. Antes, yo no estaba bien. Hoy es otra historia. Sería muy fácil decir que Grondona no me daba la Selección así yo me quedaba tranquilo en casa, sin ninguna responsabilidad. Pero no.
-'Qué fue lo que más te sedujo del proyecto?
-El día a día. El proyecto encaja perfectamente con lo que quiero yo para la Selección. El primer trabajo será ir a ver a los jugadores... si es que me eligen, ja. Hay que hablar con cada jugador. Convencer cabecita por cabecita. Primero con los que están acá, después con los europeos. Y trabajar mucho. Meterse de lleno en Ezeiza...
Se embala Diego. Tanto que en un momento de la charla telefónica ofrece disculpas. "Estoy cometiendo una infracción al hablar mientras manejo. Recién, casi me pasa un camión por encima", aclara. Repite que debe hablar con el Checho y el Tata: "Si no nos acompañan, seguiremos adelante buscando gente para que nos apoye en este proyecto".
-Grupo grande de colaboradores, Bilardo ahí de manager... 'quién va a dirigir el equipo?
-Lo que quedó claro es que a la Selección la voy a dirigir yo. El equipo lo paro yo, pero por supuesto que escucharé a Carlos.
Lo cruzan telefónicamete con la Tota y se emociona ante el "te amo" de su mamá. "No me quiero quebrar. Es un momento para disfrutar. Me daría mucha felicidad que mis viejos me vean salir a la cancha como técnico de la Selección. Pero no quiero llorar. La Selección necesita a un hombre que haga sonreír y no llorar, que haga disfrutar y no penar", se entona.
Recibe las felicitaciones de Tevez y le tira: "Cuidate que vas a tener que correr y jugar como vos sabés". Cuenta que Giannina lo llamó de España para saludarlo. Avisa que irá al amistoso de Escocia pero no dirigirá (el debut sería el 11/2 vs. Francia en Marsella). Compara a Bianchi con Tyson o Monzón. Sueña con que nazca otro Batistuta. Pide que los hinchas sean argentinos antes que maradonianos. Y ante el pedido de un periodista se despide con una canción. Una que sabemos todos. "... Que vamo' a salir campeones, como en el 86".
Mañana, justo el día de su cumpleaños 48, seguramente se hará oficial lo que se terminó de cocinar ayer. "Igual, no abramos el regalo antes de tiempo. Pero seguro que va a ser el mejor regalo que pueda tener en un cumpleaños", afirmó, siempre al borde del offside discursivo, entre la cautela y la euforia.
Se le cruzó, en el largo camino de ida, que todo podía ser una broma. Que no era cierto que Grondona lo había llamado para abrirle las puertas de la Selección, tantas veces golpeadas por él y sin respuesta del otro lado. Más dudó cuando se enteró de que, en dicha reunión, iba a estar presente Bilardo, quien últimamente se distanció de don Julio. "La verdad es que pensé que había algo mal. Dije ''me estarán haciendo una cámara oculta?'. Creí que era una joda de Tinelli. Pero al llegar, Julio me aclaró que estaba todo bien con Carlos y ahí me quedé tranquilo".
-'Ya está? 'Sos el nuevo técnico de la Selección?
-No, todavía hay cosas por resolver. Esta fue la primera reunión. Con Bilardo hace mucho que no nos veíamos, por ejemplo. Tengo que reunirme con el Checho y con el Tata. Esto recién empieza.
-'Por qué te habrán ofrecido el cargo ahora?
-Hay que ser justos. Antes, yo no estaba bien. Hoy es otra historia. Sería muy fácil decir que Grondona no me daba la Selección así yo me quedaba tranquilo en casa, sin ninguna responsabilidad. Pero no.
-'Qué fue lo que más te sedujo del proyecto?
-El día a día. El proyecto encaja perfectamente con lo que quiero yo para la Selección. El primer trabajo será ir a ver a los jugadores... si es que me eligen, ja. Hay que hablar con cada jugador. Convencer cabecita por cabecita. Primero con los que están acá, después con los europeos. Y trabajar mucho. Meterse de lleno en Ezeiza...
Se embala Diego. Tanto que en un momento de la charla telefónica ofrece disculpas. "Estoy cometiendo una infracción al hablar mientras manejo. Recién, casi me pasa un camión por encima", aclara. Repite que debe hablar con el Checho y el Tata: "Si no nos acompañan, seguiremos adelante buscando gente para que nos apoye en este proyecto".
-Grupo grande de colaboradores, Bilardo ahí de manager... 'quién va a dirigir el equipo?
-Lo que quedó claro es que a la Selección la voy a dirigir yo. El equipo lo paro yo, pero por supuesto que escucharé a Carlos.
Lo cruzan telefónicamete con la Tota y se emociona ante el "te amo" de su mamá. "No me quiero quebrar. Es un momento para disfrutar. Me daría mucha felicidad que mis viejos me vean salir a la cancha como técnico de la Selección. Pero no quiero llorar. La Selección necesita a un hombre que haga sonreír y no llorar, que haga disfrutar y no penar", se entona.
Recibe las felicitaciones de Tevez y le tira: "Cuidate que vas a tener que correr y jugar como vos sabés". Cuenta que Giannina lo llamó de España para saludarlo. Avisa que irá al amistoso de Escocia pero no dirigirá (el debut sería el 11/2 vs. Francia en Marsella). Compara a Bianchi con Tyson o Monzón. Sueña con que nazca otro Batistuta. Pide que los hinchas sean argentinos antes que maradonianos. Y ante el pedido de un periodista se despide con una canción. Una que sabemos todos. "... Que vamo' a salir campeones, como en el 86".
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