30/10/08

Banfield 0 Boca 1


La cuenta regresiva comenzó hace tres fechas. Núñez, La Boca y Banfield fueron las distintas estaciones en las que el equipo de Carlos Ischia le fue descontando puntos a un San Lorenzo que hasta hace poco parecía inalcanzable. El objetivo que se puso el plantel, de llegar a esta final del domingo lo más cerca posible de la cima de la tabla, tuvo éxito. Si bien en la pelea también aparece Tigre, hay una realidad: en la Bombonera, Boca tendrá la chance de alcanzar al equipo de Russo. El escenario cambió increíblemente en apenas dos semanas. Hoy, la realidad es muy distinta. En Boedo ya no se respira un aire triunfalista. En La Boca ya no se discute si conviene apuntarle a la Sudamericana. El vestuario ganador, ayer en el Sur, con música por un lado y con la radio encendida para saber qué ocurría en el Gasómetro por el otro, dan fe de que hay fe. "Ahora depende de nosotros", tiró Juan Román Riquelme, consciente de la chance que tienen el domingo.

"Con San Lorenzo tenemos una final, importante. Pero hoy ganamos una", definió Ischia el trabajoso triunfo ante Banfield. Esa frase revela la importancia que le dieron en Boca al partido de ayer. Cuando algunos dudaban el último domingo sobre qué haría el DT (si reservaría a algunos para el clásico con San Lorenzo), la respuesta fue contundente: salvo Calvo, jugaron los mismos que le ganaron a Central. La prueba está en Morel y Riquelme. Sin estar diez puntos en lo físico, le pidieron a Ischia estar ante Banfield. Todos sabían que para que el choque con el Ciclón tenga el rótulo de "final", primero había que ganar en el Sur.

La clave, también, apuntaba a meterles presión a los de Russo. Como pasó el domingo, San Lorenzo jugó tras un triunfo de Boca y no pudo ganar. El gol de Silvera bajó un poco el clima festivo que se vivía en el vestuario. Al salir rumbo al micro, le preguntaron a Javier García si en sus auriculares salía la voz del relato del partido de San Lorenzo. "No, música. Pero está ganando 1-0", explicó el arquero, aclarando que estaba bien al tanto de lo que sucedía en Boedo.

Esas gestos no de bronca pero sí de seriedad por la victoria parcial del rival desaparecieron ya en el FlechaBus, cuando el plantel se dirigía del Sur al Intercontinental, lugar de concentración. Antes del arribo, llegó el empate de Gimnasia. Dátolo y Battaglia, quienes iban escuchando la transmisión del encuentro, pegaron el grito para avisarle al resto del 1-1 que puso Niell. "No se gritó el gol del empate, pero sí hubo unos cuantos 'vaaaamos' que se escucharon fuerte", contó un jugador, ilusionado con esta caza del puntero. Y sí, se viene San Lorenzo nomás. Una final.

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